Rebaja de dieta
El diputado Flores señala que el gobierno debiera ser más enérgico en su actuar. Sería bueno también que señale que los congresales también debieran serlo y como desafortunadamente no han podido -pese a sus diarios esfuerzos en ello- bajar sus dietas; sería bueno que donaran dichos recursos los cuales recordemos son financiados por todos nosotros. O sea si hasta la CPC se cuadra…
Rodrigo Soto Vargas Constructor Civil Uach
La historia se repite
A través de la historia, diversas epidemias han acabado con la vida de millones de personas en todo el mundo. El admirado artista Gustav Klimt, autor de la obra El beso (1907-1908), símbolo del total acercamiento físico en la intimidad, falleció en 1918 por la llamada "Gripe Española", una de las pandemias más letales de la historia de la humanidad hace 102 años.
Mucha gente pereció a causa de esta enfermedad y además, el miedo era tal, que hubo quienes murieron de hambre porque nadie se atrevía a acercarse a un enfermo. El mundo ya había sufrido pandemias letales como la peste bubónica, que asoló Europa en el siglo XIV o la llamada "peste de Atenas" en el 430 año a. C.
¿Qué se recomendó hace 100 años como medidas sanitarias? Guardar reposo en la cama, ingerir una dieta sana, retraso del inicio de los cursos escolar y universitario y suspensión de las ferias y fiestas del inicio del otoño. Actualmente, serían el aislamiento en el hogar, alimentarse adecuadamente, educación virtual para no generar aglomeraciones en los centros educativos y el cierre de mall y centros de entretención. La vida tiene sus semejanzas a lo largo de la historia.
En el Chile entonces, en tanto, se apeló a una de las herramientas más utilizadas por la medicina moderna en la lucha contra las epidemias: la educación higiénica. La prensa de la época fue muy activa, como hoy lo son las redes sociales, en informar que la efectividad de las medidas sanitarias no dependía tanto de los médicos, sino en que cada ciudadano aplicara esos consejos.
Así, la prensa, por citar un ejemplo, publicó una serie de "reglas que la ciencia recomendaba" para hacer frente a la influenza, entre las que destacaban: una alimentación sana en todo sentido; velar por el aparato respiratorio evitando "atmósferas confinadas" como cafés, tabernas y todo espectáculo público; cultivar la oxigenación, y la limpieza de las ropas y utensilios que estuvieran expuestos al contacto con los enfermos, muy semejantes de las que se aplicaban en otros países, y que hoy siguen teniendo plena vigencia.
Tanto entonces como hoy la implementación de las acciones de higienización trastocó la vida habitual de la ciudad y sus habitantes. Un activo despliegue de difusión de normas higiénicas que incluso proponían restringir ritos sociales como el saludo de mano y la conversación a corta distancia, o actos de la vida íntima como besarse.
Pronto ciudadanas y ciudadanos volveremos a estar cerca, abrazarnos y besarnos como en ese hermoso cuadro de Gustav Klimt. Esa es la esperanza en medio de la pandemia por Covid-19 que, seguramente al igual que hace más de 100 años con la "gripe española", vino a cambiar nuestras vidas, haciéndonos valorar aspectos que olvidados o desechados por la vorágine de una modernidad que mostró su fragilidad.
José Albuccó Académico Universidad Católica SH
¿Cómo evaluar aprendizaje?
En la situación actual hay muchos desafíos en la docencia y uno de ellos es la evaluación del aprendizaje.
Por una parte, la tecnología ofrece oportunidades que poco se aprovechan en las clases presenciales, como la posibilidad de hacer encuestas y obtener respuestas inmediatas de todos los alumnos.
Esto permite al docente chequear la comprensión, dar retroalimentación oportuna y ajustar la enseñanza considerando las respuestas de todos. Este es un ejemplo de evaluación formativa, cuyo propósito es la regulación del proceso de aprendizaje y no la calificación. ¿Qué ocurre cuando el propósito es sumativo y debemos calificar los aprendizajes se han logrado?
En tiempos de emergencia los docentes debemos enfocarnos en los aprendizajes más esenciales de nuestras asignaturas y centrar allí la evaluación, proporcionar plazos de entrega más amplios y diseñar una evaluación que sea sustentable, es decir, una evaluación que no sobrecargue ni a los estudiantes ni a los docentes.
En cuanto a los instrumentos, puede no ser el mejor momento para realizar pruebas, pues no podremos asegurar que el desempeño evidenciado sea realmente individual. Es preferible privilegiar el trabajo colaborativo, en grupos pequeños, donde cada grupo realice un análisis de caso, situación, ejemplo o problema distinto. Las pruebas pueden reservarse para el final del semestre cuando ya estemos de regreso en las aulas.
Marianela Navarro Académica Universidad de los Andes
¿Qué pasa?
Camino por las calles de Valdivia y me pregunto ¿cuál parte de la indicación: "quédate en tu casa" es la que todavía no se entiende?
Una vecina preocupada