Parquímetros: ¡Sí se pudo!
Uno de los dilemas que tiene este Gobierno es cómo impulsar las políticas sanitarias requeridas para enfrentar la pandemia y a su vez tener una "economía sana". Lamentablemente, hasta ahora lo que hemos visto, es que el dilema se ha traducido a una decisión por tomar medidas parciales e insuficientes a nivel sanitario, y un firme resguardando a los grandes empresarios acompañado de incertidumbre y desprotección a los y las trabajadoras.
Así parecía que también se imponía en nuestra comuna en todos los sectores. Hace unas semanas contribuimos en proponer medidas para proteger a las y los trabajadores que realizan labores municipales pero que se encuentran en condiciones de externalización, y por tanto bajo regímenes de empresas privadas.
El caso de los Parquímetros era alarmante. Exposición permanente, con bajos resguardos sanitarios, contacto directo con personas de la comunidad, y pésimas condiciones labores. De hecho, el cierre de los restaurantes, ya los estaba dejando incluso sin lugares donde ir al baño, y por tanto, menos para poder cumplir el llamado al lavado de manos permanentes y otras medias básicas.
Se dijo que no se podía hacer nada al respecto. Que esta era una decisión sólo del dueño de la empresa - que por lo demás, dinero no le sobra siendo el señor Cristian Coronel, uno de los grandes empresarios del lucrativo negocio de los estacionamientos en el país- pero quedó claro que era sólo voluntad. Desde este miércoles 8 de abril los parquímetros dejaron de trabajar en las calles, con su sueldo asegurado en base al promedio de sus últimas tres liquidaciones.
¡Sí se puede! Necesitamos al mundo público y privado trabajando juntos, poniendo por delante a las y los trabajadores y velando por que cuidemos sobre todo la salud en la comuna y país.
Si con Parquímetros se pudo, no me cabe duda que podemos aplicar las medidas de resguardo también en los trabajadores de aseo, ornato y guardias de seguridad para que evitemos que esta Pandemia se expanda entre los valdivianos y valdivianas
Carla Amtmann Fecci carla.amtmann.f@gmail.com
Cuarentena y testeo
Es evidente que la medida más efectiva para evitar la propagación es la cuarentena total, o en su defecto sacar de circulación a los individuos asintomáticos o sintomáticos leves, los cuales son diseminadores activos.
La situación es preocupante, los enfermos serán atendidos en los servicios de salud y tarde o temprano habrá un colapso del sistema de salud público y privado.
Actualmente el sistema de detección de SARS-CoV-2 (Red de laboratorio del ISP) ya parece estar sobrepasado, también es lógico y entendible que esté centrado u orientado hacia pacientes enfermos.
También es mala señal el racionamiento de los kits de detección para pacientes y personal de salud, los tiempos de entrega de resultados (30-40 hrs. o más), la falta de stocks de kits, ni hablar de la posibilidad de implementar programas de vigilancia en personal de salud expuesto (turnos, SAMU, instalaciones, equipamiento, etc) o población expuesta a riesgo de contagio.
Los individuos asintomáticos, por su parte, además de no entrar en la cadena de testeo sanitario, tienen luz verde para circular y diseminar. La detección masiva tipo "rebaño" es posible, si se considera la colaboración de Universidades y/o Centros de Investigación, sus investigadores y sus laboratorios. Sin embargo, la discusión se centra hoy en el valor del test, si será gratuito o no. De nuevo es el mercado de la salud el que tiene la primera palabra y el tiempo para aplanar la curva se está agotando.
Ante la no aplicación de cuarentena total, el testeo masivo de SARS-CoV2, en individuos no enfermos (asintomáticos) podría ser el salvoconducto más idóneo para disminuir la propagación a cargo de los "diseminadores". Lo anterior tiene aún más sentido si estamos en tiempos y estad constitucional de catástrofe.
Alfredo Ramírez-Reveco Biólogo Uach, MSc, GenéticaPhD, Biología Celular y Molecular
Día Mundial del Parkinson
Cada 11 de abril se celebra a nivel mundial el Día de la Enfermedad de Parkinson. Este año, la fecha llegó en medio de una pandemia.
En Chile, esta enfermedad neurodegenerativa está incluida en las garantías explícitas en salud.
La dificultad radica en que los centros comunitarios de rehabilitación (CCR), donde se atienden las personas con esta patología en la atención primaria, no cuentan con la dotación profesional necesaria para dar cobertura a todos los pacientes. Asimismo, no todas las comunas del país cuentan con un CCR. Esto repercute en la continuidad de las horas de intervención, fundamentales para abordar esta enfermedad.
Frente a amenazas como covid-19, los síntomas de la enfermedad de Parkinson podrían aumentar su severidad, sumado a una mayor dificultad a nivel de sistema respiratorio.
Como profesional de la Terapia Ocupacional, creo que la tarea e invitación frente a esta patología es a concientizar sobre la importancia del tratamiento, aumentando la cobertura bajo un enfoque comunitario, y de promoción y prevención en salud, con el objetivo de fortalecer el estado de salud del usuario frente a eventos sanitarios como el que vivimos hoy.
Alex Ríos Ruiz Académico U. San Sebastián