Claudia Muñoz David

Einer Rubilar debería haber emprendido hoy, 16 de abril de 2020, su viaje de regreso a Uganda. El sanjosino que se trasladó a vivir a África -primero para construir pozos de agua y luego para sumar a esa labor la creación de escuelas- había venido a Chile para visitar a su familia, participar en programas de televisión, dictar charlas en universidades y colegios y buscar patrocinantes para las iniciativas de su ONG Begin Anew.

Sin embargo, el nuevo coronavirus no le permitió trasladarse. Y aunque en estos momentos sabe que su ayuda en Uganda sería muy necesaria, en Chile se encuentra colaborando con la comunidad de Mehuín, en Mariquina. Está enfocado en temas relacionados con la recolección de elementos de aseo y seguridad personal, como mascarillas y guantes, y también al apoyo a los adultos mayores que viven en las zonas más alejadas.

Desde la región de Los Ríos, Einer Rubilar analiza la situación que se está viviendo en África y lo que podría ocurrir, teniendo en cuenta las experiencias que ha vivido en ese continente desde 2005. Desde allá recibe las noticias que le entregan quienes trabajan con él y le indican que están muy preocupados.

"Lo que pasa en Uganda puede reflejar, más o menos, lo que va a pasar en África. En ese país hay unos 55 casos de coronavirus, ocho recuperados y no hay muertos. Pienso que una vez que llegue fuerte, tanto como está afectando a los otros países, va a ser muy complicado porque los hospitales no tienen los recursos para enfrentar esta pandemia", expresó.

Sin embargo, indicó que existen dos escenarios posibles. "El primero es que las muertes más grandes que han ocurrido en el mundo se generan en África, porque los hospitales no tienen los medios para atender a la cantidad de gente que se espera. La alimentación no es buena y la gente no estará fuerte para poder resistir. En muchos sectores el agua es muy escasa y, además, está el peligro de la falta de información. Gran parte de quienes viven en zonas rurales, en las villas, no saben leer ni escribir. Por lo tanto, será difícil para la población diferenciar en un primer momento el coronavirus de un resfrío o una gripe", relató. Sobre todo, le preocupa que hoy los esfuerzos de los grandes organismos de salud están enfocados principalmente en Europa y Estados Unidos.

Pero existe una segunda posibilidad y está relacionada con que los africanos ya han estado expuestos a enfermedades graves, como la malaria y el virus ébola. "Puede que tengan fuerza para enfrentar este virus", dijo. Y recordó que "África mucha veces ha sido 'conejillo de Indias' por parte de los laboratorios".

Refugiados

Para Einer Rubilar son dos las poblaciones de Uganda que pueden resultar más vulnerables ante el coronavirus: los refugiados y los adultos mayores. "En Uganda hay alrededor de un millón 400 personas que provienen del Congo y de Sudán del Sur, principalmente. No viven en condiciones de salubridad como para enfrentar esto y además el Programa Mundial de Alimentos recortó alrededor de un 30 por ciento del presupuesto destinado a su alimentación. En cuanto al jabón, les entregan medio kilo mensual para toda una familia. Lo otro es el tema del agua, que se les reparte normalmente con camiones aljibe, pero en las villas donde viven no hay pozos de agua. Estas villas han sido formadas por organizaciones como la ONU y la Cruz Roja, por lo que existe mucha dependencia y esto genera que la gente no sepa cómo enfrentar sola algunas situaciones. Eso puede crear un escenario difícil en el contexto del coronavirus" .

En cuanto a los adultos mayores, quienes son uno de los principales grupos de riesgo ante esta pandemia, Rubilar relató que "tienen entre 60 y 65 años, no más allá de eso. Hay mucho adulto mayor en las villas y son gente muy respetada, pero no existen programas especiales para ayudarlos. Generalmente, las ayudas y las organizaciones se enfocan en los niños, por lo que temo que los adultos mayores africanos no tendrán los mismos beneficios que los de Europa o de nuestro país".

Escuelas

Durante los últimos años, Einer Rubilar ha trabajado en la creación de escuelas. "El gobierno suspendió las clases hasta nuevo aviso. Se dice que a fines de abril podrían abrir, pero no lo creo", dijo. En el caso del establecimiento que él apoya, explicó que los profesores se fueron a sus casas y los trabajadores que viven cerca de la escuela van en algunas ocasiones a ver cómo está, pero no hay mucho que hacer si no están los niños. En esa escuela, los pequeños recibían alimentación, pero ahora todo está suspendido. "Yo tenía patrocinadores, pero todo se ha parado con el coronavirus. La gente no está muy enfocada en colaborar a otras causas. Ahora estamos como abandonados y seguramente será el momento en el que más necesitemos ayuda", dijo.

Trabajo en Mehuín

Einer Rubilar relató que actualmente se encuentra en contacto con las aerolíneas, para saber cuándo podría volver a África. "Quiero estar allá y ayudar, porque estoy muy preocupado por lo que pueda pasar", expresó.

Mientras tanto, canaliza sus acciones en Mariquina, específicamente en Mehuín. "Estamos organizando Covid-19 Acción Mehuín, un grupo de personas de diferentes agrupaciones de pescadores y juntas de vecinos. Estamos apoyando la sanitización de los vehículos que ingresan, nos preocupamos de que los adultos mayores estén bien, que estén recibiendo sus medicinas y alimentos y que no deban salir mucho. Estamos pidiendo un asistente social, para que venga desde San José a hacer una encuesta y conocer las necesidades de los adultos mayores de esta zona. También estamos trabajando con la Cámara de Comercio. Nos faltan muchos insumos, como mascarillas y guantes", dijo.

Y sobre todo, pidió a la gente no visitar Mehuín. "Queremos mucho a los turistas y a quienes vienen a comprar pescados y mariscos, pero les pedimos que no vengan hasta que las cosas estén mejor", solicitó.