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Cepal estima que contracción será de 5,3% y llevará a la pobreza a 28,7 millones de personas

EN LATINOAMÉRICA. Chile se encuentra en el medio de la lista de afectados, con un decrecimiento del 4% estimado.
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Latinoamérica se contraerá 5,3 % en 2020 debido a la pandemia del nuevo coronavirus, lo que generará casi 11,5 millones de nuevos desempleados y casi 30 millones más de pobres, estimó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El frenazo económico en los principales socios comerciales de la región, la caída en el valor de las materias primas y el golpe en áreas como el turismo llevarán a "la peor contracción de la actividad económica que la región haya sufrido desde que se iniciaron los registros, en 1900", indicó el organismo de la ONU con sede en Santiago.

Los países más afectados serán Venezuela (-18 %), México (-6,5 %), Argentina (-6,5 %), Ecuador (-6,5 %), Nicaragua (-5,9 %) y Brasil (-5,2 %), mientras que los menos impactados son República Dominicana (0 %), Guatemala (-1,3 %), Paraguay (-1,4 %), Panamá (-2 %), Colombia (-2,6 %) y Honduras (-2,8 %), según el informe.

En el medio de la tabla se encuentran Chile (-4 %), Perú (-4 %), Uruguay (-4%), Cuba (-3,7 %), Costa Rica (-3,6 %), Haití (-3,1 %), El Salvador (-3 %), Bolivia (-3 %) y las islas del Caribe (-2,5 %).

Los indicadores laborales también sufrirán un importante deterioro: la tasa de desempleo se ubicaría en torno al 11,5 %, lo que implica un aumento del 3,4 % con respecto a 2019, y el número de parados llegará a los 37,7 millones, 11,6 millones más que el año anterior.

"La alta tasa de informalidad laboral de la región hace a los trabajadores muy vulnerables a los efectos de la pandemia y a las medidas para enfrentarla", alertó la Cepal.

Con respecto a la pobreza, el organismo calcula que la tasa aumentará este año del 30,3% al 34,7 %, lo que significa una subida de 28,7 millones de personas en situación de pobreza.

La proyección de pobreza extrema no es más alentadora: se espera un incremento del 11 al 13,5%, un aumento de 16 millones de personas.

La región, con 626 millones de personas, es considerada la más desigual del mundo.

Donald Trump suspende la emisión de "green card" a inmigrantes

PANDEMIA. Se trata de los permisos de residencia permanentes, que al menos se congelarán durante 60 días. La medida es para proteger el empleo.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer la suspensión de la emisión de permisos de residencia permanente para inmigrantes, conocidos como "green card", como consecuencia de la destrucción de empleo sin precedentes provocada por la crisis de covid-19.

Pese a que Trump aseguró este lunes que tenía intención de pausar toda la migración, la medida aprobada por el Gobierno, que tendrá una duración inicial de 60 días, excluye de la suspensión visados especiales temporales, como los agrícolas o los de especialistas tecnológicos.

"Pausando la inmigración, ayudaremos a que los estadounidenses desempleados sean los primeros en la búsqueda de empleos mientras Estados Unidos reabre. Sería incorrecto e injusto que los estadounidenses despedidos fuesen reemplazados por inmigrantes llegados desde el extranjero", dijo Trump en la rueda de prensa diaria del grupo de trabajo de la Casa Blanca de covid-19, añadiendo que "tenemos el deber de asegurar que estos estadounidenses desempleados recuperan sus trabajos y sus sustentos".

Las medidas de confinamiento contra el coronavirus han destruido 22 millones de empleos en todo el país en un periodo de cuatro semanas, según datos del Departamento de Trabajo, una cifra sin precedentes en las anteriores crisis.

El presidente detalló que la suspensión se hará efectiva tras la firma hoy de una orden ejecutiva que se está redactando en estos momentos y que contendrá algunas excepciones. También dijo que la extensión o no de la orden dependerá de las "condiciones económicas".

Las excepciones, según medios locales, permitirán que familiares extranjeros de ciudadanos estadounidenses sigan recibiendo sus "green card".

Cada año el Gobierno de EE.UU. emite más de un millón de permisos de residencia permanente para ciudadanos extranjeros, entre ellos unos 50.000 por sorteo a través de un programa de diversidad que Trump ha tenido entre ceja y ceja desde que llegó al poder.

Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno de Trump ha cerrado las fronteras terrestres con Canadá y México, a la vez que el tráfico aéreo internacional está suspendido en la práctica, y los consulados y embajadas han limitado sus servicios de visados.

Además, EE.UU. ha suspendido leyes migratorias y deporta de inmediato a México a todos los solicitantes de asilo y los inmigrantes sin papeles que cruzan su frontera, por lo que el Gobierno está utilizando desde hace semanas la pandemia para endurecer su política migratoria.

Según los datos online de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos ayer sumó 2.712 nuevas víctimas fatales, totalizando 45,.26 fallecidos desde el inicio del brote en el país. Los contagios, con más de 24.000 en una sola jornada, llegaron a 817.006, mientras que en todo el mundo, también según los reportes online (distintos a los de la OMS), alcanzaron los 2.553.112. Las muertes son 177.286 a nivel global.

Senado aprueba nuevo plan de rescate

El Senado de Estados Unidos, controlado por los republicanos, aprobó ayer un nuevo paquete de ayuda por valor de 484.000 millones de dólares, que contempla préstamos a pequeñas empresas, además de fondos a hospitales y para pruebas del coronavirus. Se espera que la Cámara Baja, dominada por los demócratas, dé su visto bueno al paquete mañana, tras al acuerdo alcanzado entre la Casa Blanca y los progresistas, y que más tarde lo firme el presidente Donald Trump. El acuerdo incluye 321.000 millones de dólares en préstamos con interés bajo para pequeños negocios, 75.000 millones de dólares para hospitales y 25.000 millones para incrementar el número de test que se hacen a nivel nacional. Si ambas cámaras lo aprueban, este será el cuarto paquete de estímulo destinado a paliar los estragos del virus. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que ha liderado desde la Casa Blanca las negociaciones con los demócratas, dijo que "el Congreso se ha unido, comprendiendo la importancia de esto".