Correo
Libertad económica
En pleno desarrollo de la pandemia del Covid-19, se conoció el Índice de Libertad Económica 2020, que anualmente elabora la Heritage Foundation. Al tope del ranking aparece, con un puntaje de 89,4, Singapur, que junto a Hong Kong (89,1), Nueva Zelanda (84,1), Australia (82,6), Suiza (82) e Irlanda (80,9) integran la categoría de países económicamente libres. Para llegar a esa categoría la Fundación Heritage exige un puntaje superior a 80 puntos. Completan la lista de los diez mejores posicionados el Reino Unido (79,3), Dinamarca (78,3), Canadá (78,2) y Estonia (77,7) En el puesto 15 aparece Chile (76,8) y en el 17, Estados Unidos (76,6).
Los índices que están bajo evaluación son: Estado de Derecho, Tamaño del Gobierno, Eficiencia Regulatoria y Apertura de Mercados, concluyendo que a mayor libertad económica, hay mayor progreso económico financiero y con ello el crecimiento sostenido causa una disminución de la pobreza, objetivo que todo gobierno busca reducir.
Pero me llama profundamente la atención que uno de los países que tuvo una exitosa estrategia para vencer el Covid-19 , este dentro de los TOP 3, ¿es que los países con mayor libertad económica, son más exitosos en el manejo de crisis, adaptación al cambio y toma de decisiones? El tener una empresa privada desarrollada, fuerte y robusta en los diferentes ámbitos, mantener un adecuado tamaño del Estado, invertir en el sistema de salud publico y tener una gran capacidad de realizar testeos, fue decisivo. La principal habilidad del país fue poner mantener en un estricto confinamiento a todos su habitantes, en una mezcla perfecta entre respetar el Estado de Derecho y tener una Capacidad Financiera en sus familias, creo firmemente que estas dos variables son ámbitos a mejorar si queremos ser un país desarrollado, y continuar creciendo en la Libertad en sus mas diferentes ámbitos.
Gonzalo Valdés Lufi Ingeniero Comercial
Proteger a los viejos
Esta pandemia ha logrado algo increíble: que los llamados "viejos" nos sintamos importantes. Parece que a quienes mandan en el mundo les hayan recordado las palabras de Gregorio Marañón ( 1887 - 1960 ) : " La vejez es la suma de toda la vida, milagros y nobleza de la personalidad humana".
Me pregunto cómo nos mirarán después que esta pandemia haya pasado. ¿ Seguiremos siendo importantes? ¿ Habrá que seguirnos protegiendo?
Antes de esta crisis no interesaba ni nuestra vida, ni nuestros milagros ni nuestra nobleza.Al contrario: éramos molestos a tal punto que llegada cierta edad ( poco más allá de los 60 años) era necesario que dejáramos el trabajo para dejar lugar a los jóvenes ( viejos del futuro ) porque era necesario aumentar la productividad (un ex Rector universitario así lo dijo).
Alguien, por mandato de algún jefe, nos dijo que teníamos que irnos. Lo curioso es que ese alguien y también su jefe, con el pasar de los años, pasaron a engrosar la fila de los viejos y ahora disfrutan de un respeto que no supieron dar.
¿ Seguiremos siendo importantes cuando esto pase?
Omisan
Educación y pandemia
A riesgo de ser reiterativo: vivir un tiempo inédito requiere respuestas originales, que no sabemos si serán las correctas, sin embargo, es ahora cuando más se necesita experimentar. Planteo algunas reflexiones que permitan sustentar con relativa certeza algunas acciones:
La familia siendo un dispositivo cultural fundamental no es quien debiera asumir la responsabilidad de "educar", baste la evidencia levantada en estos días que hace manifiesta la diferencia entre familias y su "potencial educador".
Los usos educativos de Tecnologías suponen tener capacidades para que el recurso sea bien utilizado. Nuestros jóvenes, niñas, niños, el profesorado no han sido preparados para sobrellevar espacios de instrucción formal mediadas por entornos virtuales, más complicado cuando quien debe apoyar el estudio en casa es "la familia" que en muchos casos se encuentra desprovista de herramientas pedagógicas para atender este llamado.
Redefinir el currículo en las escuelas, dotar de flexibilidad curricular, pensar en su contextualización, espero sea uno de los aprendizajes para las organizaciones, gobiernos, directivos y sostenedores tras la pandemia.
La relación pedagógica es lo central, los recursos tecnológicos son un medio coyuntural, por tanto, todo lo que se planifique u organice debe considerarse temporal. No debe planificarse como si fuera la escuela puesta en una plataforma digital.
Volver a clases no asegura volver a la normalidad. Lo recomendable es un calendario de reingreso alternado y progresivo por niveles. El reencuentro debe centrarse en la persona y su estado integral.
No hay respuestas uniformes o replicables a toda la población escolar. Se debe confiar en las decisiones profesionales situadas del profesorado.
Es apresurado especular respecto del retorno a la normalidad, se debe avanzar paso a paso pausadamente, sin premura, pues por ahora el covid-19 lo único que ha confirmado son las profundas desigualdades educativas que existen en Chile.
Dr. Marcelo Arancibia Académico inst.Cs. de la Educación UACh