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Familia y pandemia
El Día Internacional de la Familia, este 2020, fue muy diferente a otros años, pues se vivió en medio de una de las crisis sociales y sanitarias más grande de nuestra historia.
Ante este panorama, podemos encontrarnos con situaciones sumamente alarmantes para muchas familias, que han tenido que compatibilizar trabajar desde el hogar o perder sus formas de sustento, además de cuidar de los y las menores a su cargo, que ya no están yendo a sus establecimientos educacionales. Todo esto con la incertidumbre constante de no saber qué ocurrirá.
Ante esta situación, como Fundación Ronda nos hemos sumado a la iniciativa Familias Entrelazadas, la que busca conectar aportes económicos de particulares y organizaciones, para comprar cajas de alimentos y hacérselas llegar a las familias que se encuentra con dificultades para adquirir elementos de primera necesidad.
Además, sabemos que, en instancias como esta, los índices de pobreza aumentan, y lamentablemente, los de estrés y violencia también. Es por ello, que desde nuestra fundación estamos desplegando intervenciones en línea, que permiten ser un espacio de contención, información y autocuidado para toda la comunidad.
El momento que estamos viviendo, nos permite repensar la sociedad en la que vivimos y cómo podemos trabajar para quebrar las infinitas desigualdades que existen, tanto a nivel económico, social, de género, como de oportunidades. Generemos más equidad, principalmente en el núcleo primario al que llegamos las personas, nuestras familias, sin importar el cómo sean constituidas, para que así construyamos una sociedad mucho más justa para todos y todas.
María José Escudero Fundación Ronda
Familias en Cuarentena
El encierro en familia ya es una realidad en varias partes de Chile, hecho que hace aparecer un sinfín de incertidumbres.Al respecto, como Fundación San Carlos de Maipo, que trabaja en el desarrollo positivo de la infancia, nos gustaría compartir algunos de los aprendizajes que nos dejan los programas preventivos de parentalidad que implementamos con la ayuda de universidades y centros de investigación internacionales.
Lo primero es ajustar expectativas, sin duda esta etapa será muy distinta para cada uno de nosotros. Estamos en una situación excepcional, donde la prioridad es estar lo más seguros posibles. No es momento de priorizar sacar las mejores notas, aprender una nueva habilidad, mantener nuestro peso, entre otras ideas que circulan y presionan.
Posiblemente un día tampoco será igual al siguiente, y es importante que como familia escuchemos y validemos esas emociones. ¿A qué nos referimos con esto? Escucharnos atentamente es dejar por un momento computadores y teléfonos, hablar y escuchar, mientras nos miramos a los ojos y estamos en una posición abierta de escuchar a todas y todos, desde la persona más pequeña de la casa, hasta quien tiene más años sobre el cuerpo. Escuchar temores, alegrías del día, ansiedades, todo es bienvenido. Y luego validar, que se refiere a que aunque yo no estoy sintiendo lo mismo, puedo entender que para ti sea así y no forzaré a cambiarlo. Si estás triste hoy, no responderé "no estés triste, esto pasará" ni te obligaré a estar de buen ánimo, sino que estaré para apoyarte, poder proponer algo o dar un consejo, y estar dispuesto a que no lo quieras tomar.
Para lo anterior podemos crear reuniones familiares, con la periodicidad y formato que cada familia elija. No esperemos que explote un conflicto o que alguno de nuestros familiares comience a sentirse reiterativamente mal para conversar. Prevengamos como equipo, para que al menos dentro de nuestros hogares dejemos de llegar tarde.
Viviana Muñoz Fundación San Carlos de Maipo
Responsabilidad familiar
El día Internacional de la Familia es una oportunidad para invitar a la reflexión en torno a la necesidad de avanzar en el reconocimiento de las funciones que ella ejerce, fomentando la toma de conciencia sobre las cuestiones más relevantes para poder afrontar el llamado a quedarse en casa, en el contexto actual de pandemia: desde las carencias económicas, las problemáticas de conciliación con el trabajo -especialmente en las familias monoparentales- o la falta de redes de apoyo como en el caso de los inmigrantes.
Existen muchas configuraciones familiares, y a todas ellas se les debe el mismo respeto y, en consecuencia, deberían otorgárseles los mismos derechos. Son mucho más importantes los lazos afectivos que los legales o de sangre. Es relevante reivindicar la necesidad de reconocimiento de todas aquellas cuyo elemento principal es la unión por afecto.
Nadie pone en duda la importancia de la familia como unidad básica de la sociedad, siendo el primer y principal contexto socializador. Es el núcleo donde se aprenden las normas, valores y costumbres necesarios para desempeñarse como miembros plenos de la sociedad en la que se vive. Debido a esto, son muchas las responsabilidades que recaen sobre las mismas, y por lo mismo, es necesario proporcionarles el mayor apoyo posible. Más en el contexto de crisis actual.
Dra. Laura Lara Investigadora U. Autónoma