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Nutricionistas y covid-19
La tasa de desempleo en el primer trimestre fue de 8,9% comparado al 7% del último semestre del año pasado,según el INE, lo que no parece afectar la conciencia de las grandes cadenas de supermercados, que semana a semana según datos de ODEPA, aumentan los precios de la canasta básica. Entre la primera y última semana de abril, esta canasta subió en 3,5% su valor. Sin embargo,aun cuando todo lo anterior está puesto sobre la mesa, el gobierno no ha mencionado estos datos,ni ha planteado estrategias para regular los precios de los alimentos de la canasta básica.
A fines del 2019, nuevamente se informó que somos los campeones en obesidad, ante lo que el gobierno mencionó algunas propuestas, como subvención para alimentación sana. No obstante, con esta alza sostenida de precios, la baja en la ocupación y la ausencia de regulación del mercado, lo más probable es que la calidad alimentaria disminuya, distribuyendo el ingreso del hogar en alimentos de menor costo y con menor calidad nutricional, lo que resultará en un aumento de la obesidad y las consecuencias que ya conocemos.
Debemos pensar en grupos biológicamente vulnerables, por ejemplo, niños pequeños, embarazadas, nodrizas, en donde la mala calidad alimentaria tiene consecuencias a corto y largo plazo, afectando el desarrollo, crecimiento y sistema inmune, entre otras.
De acuerdo con cifras del INE, una familia promedio requiere $209.000 para alimentarse, frente a este escenario deberíamos preguntarnos qué pasa con los grupos de menores ingresos, donde este ítem ocupa hasta el 30% de los ingresos totales o con el grupo no menor de adultos mayores que recibe una pensión de $80.000.
Es importante que entendamos que grupos familiares y chilenos van a pasar hambres, sin ferias cercanas y con los altos precios en supermercados. Han aparecido las ollas comunes en distintos sectores del país, pero desde el gobierno no hemos escuchado cómo piensan mejorar la disponibilidad y acceso a alimentos en aquellos sectores que no hay supermercados y que el negocio de la esquina cobre el triple por una bolsa de té.
Exigimos que nos escuchen y se nos permita trabajar en conjunto. Velar por el bienestar de la población es un deber de todos, pero debemos escuchar a quienes saben de alimentación y nutrición.
Directiva Nacional Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile A.G
Aromaterapia y cuarentena
A muchas personas les cuesta conciliar el sueño y el estrés o ansiedad de los días en confinamiento les afectan.
Es por ello que una alternativa muy empleada en la actualidad es la aromaterapia. Los aceites esenciales son responsables de los olores de muchas flores y plantas y sus componentes presentan acción sobre diferentes órganos de nuestro sistema. Hay evidencias científicas que demuestran que el uso de aceites esenciales favorece la relajación, lo que ayuda a tener un sueño reparador o a recuperar este, luego de un episodio de insomnio. Esto es posible gracias a que los aceites esenciales pueden actuar mediante diversos mecanismos a nivel del sistema nervioso central
Se ha demostrado que respirar los compuestos presentes en los aceites esenciales (terpenos de diversa naturaleza) puede disminuir los niveles de cortisol. La liberación constante de esta hormona afecta a la salud, generando estados de ansiedad y estrés. Durante la noche, puede dificultar el sueño. Además, se ha comprobado que los terpenos son muy buenos antioxidantes, o sea, poseen la capacidad de atrapar los radicales libres que son desencadenantes del estrés oxidativo en nuestro organismo, lo cual en forma desmedida puede conllevar a la aparición de enfermedades.
Maite Rodríguez Académica Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello
Los niños y niñas primero
En la actualidad los establecimientos educativos están luchando por implementar y readecuar una enseñanza que ha sido históricamente presencial a una enseñanza a distancia, mayoritariamente de carácter online o de trabajo en base a material enviado para que los estudiantes desarrollen en casa. Esto ha afectado tanto a docentes como estudiantes.
Por una parte, los docentes han tenido que adaptar sus formas de enseñanza y aprender a la vez a desempeñar su labor a través de herramientas digitales, todo con el fin de poder apoyar a sus estudiantes. Por otra parte, los estudiantes han debido aprender a tener clases en casa, donde sus espacios de reunión familiar, juego o descanso se han transformado en mini aulas.
Pero ¿qué pasa con el desarrollo socioemocional? ¿los lazos con sus docentes? Estos aspectos se han hipotecados en aquellos casos en que los estudiantes no tienen acceso a conectarse online o han mutando a una nueva forma de relacionarse.
Las prioridades deben estar centradas en los estudiantes y en aquellos aspectos necesarios de trabajar para que puedan desarrollar las competencias requeridas. En ese sentido, la realización del Simce es un factor de estrés adicional para los docentes y sus estudiantes que resulta innecesario en momentos como éste.
Dra. Macarena Yancovic Directora Escuela de Educación Básica Universidad Finis Terrae