Prueba Simce
El ministro de Educación a todo trance quiere aplicar el Simce durante el presente año.
Como es sabido es un año difícil para toda la sociedad chilena y muy especial para todos los alumnos que han enfrentado el período educativo a distancia con las dificultades que eso conlleva.
Está de más decir cómo serán los resultados en que se verán de nuevo las grandes diferencias que nuestra educación tiene entre jóvenes que tienen los insumos necesarios y los que no los tienen y que son una gran mayoría.
Por el costo económico que ésta prueba tiene y que no es poco , debería ser suspendida y el dinero podría ser invertido para que los jóvenes más desposeídos tengan computadores y posibilidad de un buen acceso a internet y además destinar dinero a las escuelas públicas que están "a la buena de Dios".
Es el momento que el señor Ministro y sus asesores recapaciten por el bien de la educación.
Pedro Basaure D Los Molinos pedro_antonio1946basaure@hotmail.com
No los podemos abandonar
La crisis sanitaria hace altamente probable que aumente la actual cifra de 187 mil niños que están fuera del sistema escolar en Chile. Si bien el Ministerio ha entregado herramientas para fortalecer la educación remota, se ha evidenciado la relevancia del profesor en clases presenciales como una herramienta fundamental para estudiantes vulnerables y en riesgo de abandonar.
Para evitar que esta situación se agrave, como miembros de la Mesa Compromiso País hemos avanzado en desarrollar un catastro actualizado de quienes se encuentran fuera de las aulas, crear un sistema de alerta temprana para detectar a estudiantes en riesgo y entregar herramientas a directores y profesores .
Además, iniciamos tres pilotos, para que los estudiantes permanezcan en el sistema regular; otro de Estrategias de Prevención con intervenciones a partir de evidencia científica; y uno de Espacios de Reencuentro Educativo para apoyar el retorno de los estudiantes.
El mensaje es claro: todos tenemos que aportar para mantener a nuestros estudiantes protegidos y vinculados afectivamente con la escuela y su aprendizaje. La colaboración entre comunidad educativa, Ministerio, academia, organizaciones de la sociedad civil y empresa, pueden y deben marcar una diferencia. Porque los adultos no podemos abandonar a nuestros estudiantes.
Liliana Cortés (Fundación Súmate) Matías Domeyko ( Arauco) Mesa #6 Compromiso País
Contra discriminación
El domingo 17 de mayo se conmemoró el Día internacional contra la homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia. Este día es, sin duda, un hito para la comunidad y movimiento LGBTIQ+, ya que conmemora la eliminación en 1990 de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales establecidas por la Organización Mundial de la Salud. Ahora bien, como llamado y perspectiva de realidad, no hay que olvidar que recién en 2018 la "transexualidad" dejó de ser considerada un trastorno y suprimida de la misma lista para avanzar en la despatologización de las identidades trans, y aún más, en la actualidad muchos países siguen penalizando y criminalizando identidades y expresiones de género que escapan a la heteronorma.
Más allá de los debates históricos sobre la temática, aquel hito se ha significado como una instancia de visibilización de las violencias y desigualdades a los que se enfrentan estos colectivos, tanto a nivel nacional e internacional. No olvidemos que a pesar de los "avances" en el discurso público y gestos políticos, siguen ocurriendo asesinatos y agresiones cada día. Como ejemplo, el propio MOVILH declara que desde el inicio de la pandemia, los abusos a personas LGBTIQ+ han aumentado en cerca de un 40%. Situación que se agudiza y profundiza con las violencias de género contra mujeres en situación de confinamiento, tal como han evidenciado distintas agrupaciones y colectivas feministas.
Esta conmemoración nos invita a reflexionar que más allá de una fecha en especial, no es suficiente levantar la bandera de la diversidad e inclusión una vez al año (si es que se hace). Las instituciones educativas, incluyendo las universitarias, tienen un deber por establecer la inclusión y promoción de la diversidad como un sustrato fundamental de su quehacer y no solo un requisito más dentro de un plan de gestión. No olvidemos que las instituciones de educación superior son espacios articuladores para distintas áreas de saber y cuna de futuros profesionales, por tanto, pasos concretos como la creación de reglamentos de AVD, y el reconocimiento y uso del nombre social establecido por distintas casas de estudio - como la UACh en 2019 - ciertamente son necesarios y marcan un camino. En este sentido, sus acciones toman especial relevancia en su rol de formadoras de profesionales, como educadores y educadoras por ejemplo, ya que serán los encargados de forjar la impronta de atención y consideración de la diversidad en las nuevas generaciones.
(...) Por la memoria de Mistral, Lemebel y Daniel, entendamos la inclusión y diferencia como valor fundamental y profundamente humano.
Prof. Yerko Monje-Hernández Instituto de Historia y Ciencias Sociales Universidad Austral de Chile