¡A hacer ejercicio!
Para mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea, funcional, y reducir el riesgo de ENT (Enfermedades No Transmisibles), depresión y deterioro cognitivo, se recomienda que a fin de obtener mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edad (65 años y más) debiesen dedicar hasta 300 minutos semanales a la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien 150 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa.
También podría ser una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa, siempre y cuando su condición lo permita y que los adultos de este grupo de edades con movilidad reducida realicen actividades físicas para mejorar su equilibrio e impedir las caídas.
En general, los adultos físicamente activos presentan una mayor salud funcional, un menor riesgo de caídas, funciones cognitivas mejor conservadas, y menor riesgo de limitaciones funcionales moderadas y graves. Con ello, además, presentan menores tasas de mortalidad por todas las causas, cardiopatía coronaria, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer de colon y de mama, y depresión.
La idea de fondo es mantener un envejecimiento activo, en donde la actividad física es clave para un buen envejecimiento. Para la OMS, el envejecimiento activo es el proceso de aprovechar al máximo las oportunidades para tener un bienestar físico, psíquico y social durante toda la vida. El objetivo es extender la calidad y esperanza de vida a edades avanzadas. La edad no es un obstáculo para la actividad física.
Eduardo
Cruzat
Director de Kinesiología UST