Un homenaje en medio de la crisis
Este 30 de junio se conmemoró el Día del Bombero y se recordaron los 169 años de la fundación de la primera compañía, todo un ejemplo de valor en estos días. Esta fecha llama a reflexionar acerca del compromiso de gratitud que el país tiene con los voluntarios, por su esfuerzo, su acción desinteresada y su valor frente a la adversidad.
Sin duda las circunstancias derivadas de la pandemia de covid-19 y la necesidad de mantener las respectivas medidas preventivas hicieron que la fecha no tuviera un mayor realce, pero este 30 de junio fue el Día del Bombero Voluntario y, de paso, se recordaron los 169 años de la creación de la primera compañía de los hombres del fuego, en Valparaíso, en 1851.
En esta ocasión no hubo un festejo estruendoso, tampoco desfiles ni homenajes de autoridades, sin embargo y a nivel nacional fueron las redes sociales las que dieron el contexto a la fecha e Instagram el soporte escogido para la conmemoración.
El presidente nacional honorario del Cuerpo de Bomberos, Miguel Reyes, señaló ese día que "esta institución, surgida de la voluntad y decisión de la propia comunidad para proteger la vida y bienes de los habitantes del país, inicialmente ante los incendios que destruían viviendas y comercios, con el paso del tiempo se ha extendido a todos los riesgos o emergencias que ocurren, ya sea causado por el propio ser humano o por la naturaleza". Y ciertamente no podía haber una descripción más precisa del aporte que actualmente presta la institución.
Cuenta la historia que la celebración del Día del Bombero se realiza desde el 30 de junio de 1962, cuando el entonces Presidente de la República, Jorge Alessandri Rodríguez, aprobó la ley Nº 14.866, que dispone la realización de actos conmemorativos. Es también la oportunidad para premiar a los voluntarios destacados por sus prolongados años de servicios, y también para recordar a los 322 mártires de los cuerpos bomberiles, que a lo largo de la historia han entregado la vida en el cumplimiento de su juramento.
Ser voluntario es una opción de vida para desarrollar un trabajo desinteresado y para acudir al llamado de quienes requieren de sus servicios, sin hacer distinciones políticas, de credos religiosos o filosóficos.
Los bomberos chilenos en esa línea son un ejemplo, aunque no siempre exista total noción de ello ni de sus requerimientos y falta de recursos. Por eso, entendamos este aniversario como una reflexión necesaria acerca del compromiso de gratitud que el país tiene con los voluntarios, por su esfuerzo, su acción siempre desinteresada y su valor frente a la adversidad.