La Agrupación de Ciegos de Lanco (Acil) es uno de los organismos más jóvenes a nivel nacional con personalidad jurídica (2014), pero también uno de los que más se ha desarrollado, gracias en gran medida a su directiva y ha diversas instituciones que los han ayudado, como la municipalidad lanquina y el Club de Leones local.

Así lo sostuvo la presidenta de la institución, Ema Crespo, quien a la vez señaló que este trabajo en conjunto les ha servido para postular a diversos concursos regionales y nacionales. Uno de ellos fue para la anhelada sede, la cual fue construida en el centro de la ciudad, pero que por la pandemia, aún no pueden inaugurar.

¿Qué significó para ustedes lograr la sede?

-Fue muy importante, porque es el anhelo que hemos tenido desde que empezamos a reunirnos, lo que hacíamos en un principio en el Club de Los Leones y luego en una oficina de la municipalidad. Pero, a medida que fuimos realizando nuevas actividades y talleres, necesitábamos tener nuestra propia casa.

A pesar de no poder inaugurarla aún, ¿ya han podido visitarla?

-Por temas de seguridad no hemos podido inaugurar, pero sabemos cómo quedó y estamos muy contentos porque hay muchos requerimientos nuestros, que son aparte de la planificación que existe para sedes sociales de discapacidad. Estamos felices, ya que podremos tener nuestro espacio, el que es abierto a toda la comunidad y que ha sido también una de nuestras líneas de trabajo, donde nos hemos acercado a diferentes agrupaciones, como adultos mayores y otros grupos con capacidades diferentes.

En ese sentido, ¿Cómo ha sido el trabajo con la comunidad?

-Ha sido un largo camino, pero con ayuda de la municipalidad y otras entidades hemos ido acercándonos mucho a la comunidad. En un principio imagino que era chocante ver a tantas personas ciegas a la vez y sin ayuda, porque históricamente a las personas sin visión las han hecho muy dependientes de la familia o un cuidador, pero por suerte ese estereotipo ha cambiado. Gracias al trabajo que realizamos, hemos demostrado que somos autosuficientes y que por el contrario, si una persona quiere ayudarnos a cruzar la calle por ejemplo, no nos vamos a enojar, sino que agradeceremos la preocupación y eso, la gente acá en la comuna lo ha entendido muy bien, al igual que nuestras familias.

¿De qué tratan los talleres?

-En este momento tenemos un taller de música, anteriormente teníamos el de goalball, pero nos fue tan bien que nos transformamos en un club deportivo llamado Antü. Tenemos más actividades, como capacitaciones de braille y tecnología en uso de celulares y computadores con Jorge Oyarzo, lo que nos ha permitido estar al tanto de todo y actualizados.

¿Continuarán con el trabajo al finalizar la pandemia?

-Claro. También tenemos en mente abrirnos a otros deportes como tenis de mesa, ajedrez y dominó, que tanto éxito han tenido en otras organizaciones. Pero para eso, primero tenemos que derrotar a esta pandemia.

walter.avila@australvaldivia.cl

la dirigenta junto al técnico del club antü, samuel hidalgo.

foto gentileza ema palma