El estigma social

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Casi cuatro décadas después del reconocimiento oficial del sida como una enfermedad y de la letal epidemia que sobresaltó al mundo en la década de los 80, el estigma social sigue más vivo que nunca. "Las personas nos matan, el prejuicio aún es muy grande. Uno siempre va a ser el tipo que tiene VIH. La sociedad te culpa, dice que eres una aberración. Más allá de ser homosexual, de la religión no aceptarte, también eres un enfermo", confiesa el llamado "Paciente de Sao Paulo".