Cifras que obligan a estar pendientes
La pérdida de compatriotas es un dolor que todo el país debe lamentar y, a la vez, mantenerse en alerta, ya que el virus aún no se ha ido y hay que convivir con el. Seguir en la senda que permita ir acercándose a las rutinas habituales que existían antes de marzo depende exclusivamente de la ciudadanía.
Chile ya suma más de 10 mil muertes con causa comprobada de covid-19, lo mencionó claramente el ministro Enrique Paris hace unos días en su reporte, enviando incluso su pésame a las familias que han perdido a algún ser querido.
Ahora, el problema es que esa cifra podría ser aún peor, ya que el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) publicó que las víctimas por covid-19 en nuestro país son casi 14 mil, si se suma en esa cantidad a quienes al momento del deceso presentaban síntomas del virus, pero no tenían confirmación de laboratorio, por lo mismo sigue siendo una cifra que se debe tener en cuenta.
La región de Los Ríos en ese sentido, afortunadamente, muestra una cantidad muy baja de fallecidos, si se compara, por ejemplo, con las realidades vecinas de La Araucanía y Los Lagos, y los pasos que se han dado en virtud del desconfinamiento ratifican también la buena labor de control que se ha efectuado a nivel local, la que ha reducido las tasas de contagio y por consiguiente el número de pacientes activos o contagiantes de la enfermedad, descomprimiendo, de paso, las unidades de urgencia en los centros hospitalarios, pero lo cierto es que la pandemia aún no se ha ido y según la autoridad sanitaria debemos acostumbrarnos a convivir con el virus por un tiempo aún indeterminado, ya que para controlarla definitivamente se requiere de una vacuna, la que aún no existe.
Mientras ello ocurra, y dadas las alentadoras cifras, se han ido incorporando de forma progresiva y sectorizadas aperturas graduales de la actividad económica en algunas zonas como la nuestra, aunque ciertamente falta mucho.
Por ello, seguir en la senda que permita ir acercándose a las rutinas habituales que existían antes de marzo depende exclusivamente de la ciudadanía. Hay que aprender a vivir con el virus circulando por las ciudades y por lo mismo se debe incorporar como parte de las rutinas diarias la adopción de todas las medidas preventivas promocionadas ampliamente por la autoridad sanitaria. De ello depende seguir avanzando paso a paso o bien retroceder a mayores niveles de confinamiento.