La necesidad de entregar apoyo a mujeres que sufren y han sufrido violencia de género física y psicológica en tiempos de pandemia llevó entre marzo y abril, a la formación en Valdivia de la Brigada de Apoyo Teresa Flores. La socióloga Marta Ormazábal es la coordinadora del grupo y explica que la organización surge por la inquietud de representantes de distintos grupos, como el Consejo de Desarrollo de Collico, un comité de vivienda, el Comité Ecológico Cepromar y dirigentas sindicales. Y el nombre de Teresa Flores recuerda a una dirigenta sindical y fundadora -en 1913, en Antofagasta- del primer Centro Femenino Belén de Sárraga en Chile.

"Vimos que no había mecanismos de apoyo, porque se habían cerrado oficinas y Carabineros estaba dedicado a otros temas relativos a la pandemia", señala la profesional y agrega que la brigada la integran 14 mujeres. Ahora ganaron un fondo de Comunidad Mujer que les permitirá continuar su labor en tres comunas de la región: Valdivia, Panguipulli y Los Lagos.

¿Cómo ha sido su trabajo inicial?

-Generamos tres tareas principales: primero, un canal de comunicación para que las mujeres llamen por teléfono, para hacer contención, entregar apoyo emocional y social. De ahí surgió el apoyo jurídico, con estudiantes de Derecho y ahora un abogado. Luego hicimos promoción por Facebook con información acerca de qué hacer en casos de violencia, mecanismos de autocuidado, seguridad, dónde dirigirse y cómo denunciar. Ha sido una experiencia importante, porque hubo servicios que estuvieron cerrados y existió poco apoyo a mujeres durante la cuarentena preventiva en la región.

¿Aumentó la violencia de género?

-Sí, especialmente la violencia física. Cuando la gente sale a trabajar, se libera un poco. Pero al estar en el hogar con el trabajo habitual, el de la casa, además viendo a los niños, se genera una sobrecarga, hay mucha tensión y se producen más problemas.

¿Existen las instancias necesarias para ayudar a las víctimas?

-Hay muy poca sensiblización y educación sobre el tema, incluso en servicios que tienen relación con la cadena de apoyo, como Carabineros. Ahí está el primer problema y el más crítico, porque hay poca sensibilidad, la denuncia se hace mal, a la persona no le entregan información de los pasos a seguir y muchas veces no ayudan a constatar lesiones. Generalmente, es mejor ir a la PDI. Otro elemento es que no hay lugares seguros donde llevar a las mujeres. Lo que más sufren las mujeres es no tener una orientación legal permanente y personalizada de parte del Estado.

¿En qué cosiste el proyecto que apoyará Comunidad Mujer?

-La primera parte incluye talleres de autocuidado físico y psicológico: yoga, defensa personal, arteterapia y salud alimentaria. Después, el curso "Juntas nos cuidamos", que entregará elementos legales y de apoyo social existentes ante situaciones de violencia o de desigualdad de género. En la última parte, se busca replicar experiencias similares de trabajo colectivo de apoyo a mujeres, que las organizaciones participantes tengan grupos permanentes de apoyo. Y finalmente, si vemos situaciones complejas, nos comprometemos a trabajar directamente con mujeres en atención personalizada psicológica y médica.

¿Cuál es el llamado hacia quienes sufren violencia de género?

-A denunciar y que no solo sea la víctima quien denuncie, sino que el entorno no invisibilice el problema. Llamamos a la solidaridad de las mismas mujeres.