Ser persona mayor en Chile
Según el último Censo, en nuestro país existen un poco más de 2 millones de personas mayores. De ellas un 6,28% se encuentra realizando alguna actividad laboral, pues a medida que las personas se acercan a los 60 años les es mucho más complejo acceder a un trabajo formal.
Es por ello, que se hace sumamente relevante hablar sobre la valorización del talento senior y la diversidad generacional que aporta tanto en las organizaciones, pues podemos ver una problemática desde diversas miradas y aportar desde el ingenio, la experiencia y la innovación.
A su vez si miramos cómo es ser mayor en Chile, también debemos preguntarnos, ¿por qué las personas deben seguir trabajando hasta avanzada edad en nuestro país? Esto claramente se debe a políticas deficientes en cuanto a los derechos y el bienestar de las personas mayores y la situación cada vez se está haciendo más insostenible.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el 2035, este segmento de la población bordeará los 4 millones de personas en Chile, es por ello que se hace urgente asegurar pensiones dignas, un sistema que retribuya a la población, todo lo que han contribuido en la sociedad.
Además, como ocurre con cada segmento de la población que no aporta fuertemente al sistema y a la fuerza laboral, las personas mayores y sus opiniones dejan de ser tomadas muchas veces en cuenta, es por ello que debemos comenzar a escuchar lo que necesitan, más que determinarlo por ellos.
María José Escudero Directora ej. Fundación Ronda
Mi cumpleaños
Les cuento: el XIII de X de MMXX es mi cumpleaños. Nací en Santiago el XIII de X de MCMXXXI y desde hace LXII años vivo en Valdivia (soy un santiaguino renegado, no relegado). Eso significa que llegué a Valdivia en el año MCMLVII. Entonces tenía XXV años y ahora voy a cumplir LXXXIX. En años anteriores informaba de mi dirección y de mi número de teléfono. Este año suprimí esa información por temor a los portonazos, a llamadas de propaganda comercial y a visitas de grupos políticos que quieren votos para el plebiscito y para las elecciones del próximo año. Para el mercado, por mi edad, no soy importante ni me interesa serlo. Del comercio solo me interesan los alimentos, las medicinas y los libros. El I.V.A del XIX% me afecta, como a todos.
Omar M. Henríquez F. omanuelito75@gamial.com
Sanciones a desobedientes
En relación al comportamiento en el mundo, de los ciudadanos frente al temible virus Covid-19 y el creciente e imparable contagio de éste,hay países muy creativos para castigar a aquellas personas que no usen mascarilla,con sanciones justas y aceptables y otras duras o draconianas. Por ejemplo en Qatar,se encierra durante tres años, más cincuenta euros en multa. En la India, les golpean las nalgas, con algo parecido al "chipote chillón" o cachiporra de payaso. En Indonesia, los castigos son muchísimo más severos: deben cavar a pala, fosas para enterrar a los fallecidos por el mortal e inclemente bicho. Pero en Turquía, el país de las teleseries y la media luna, las medidas son didácticas y educativas :leer diez libros en determinado tiempo. En otros países más democráticos, los castigos son solidarios y cooperativos: hacer aseo municipal, actividades relacionadas con su profesión (charlas o clínicas) u otros trabajos de utilidad pública.
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com
Leche para Haití
Mi relación con el hambre era nula, hasta que en el 2009 trabajé como voluntario de América Solidaria en Puerto Príncipe. Tener en tu cabeza el concepto del hambre, no se compara en lo más mínimo con la realidad de aquellas personas que, día a día, sufren debido a la escasez de alimentos. Sobre todo, cuando afecta a los más vulnerables: los niños y niñas. Poco tiempo después de regresar de esa experiencia, junto a un grupo de jóvenes liderados por Carmen Lagos, dimos vida a la fundación Leche para Haití. Teníamos más entusiasmo que otra cosa. Sin medios, ni contactos políticos o empresariales, nos embarcamos tras un sueño: combatir la desnutrición infantil en Haití.
Estamos súper conscientes de que no erradicaremos esta realidad. Es un problema enorme que ni las mejores organizaciones internacionales han sido capaces de solucionar. Pero lo que sí podemos hacer, es llevar ayuda a zonas donde las grandes ONG no llegan.
Al contar mi experiencia, mi intención es motivar a otros para que contribuyan a cumplir con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU: acabar con el hambre para el 2030, desafío que cada vez se torna más difícil, por situaciones como la actual pandemia o el cambio climático, pero que sería posible alcanzar si más personas se informan e incorporan acciones tan sencillas como aprovechar mejor los alimentos, reduciendo su desperdicio; comer más saludable, elegir productos locales o ayudar a fortalecer la nutrición infantil.
Leonardo Parada Vicepdte. Leche para Haití vicky@lecheparahaiti.cl