Derecho preferente de educar los hijos
Esta emana se discutió en la salda del Senado el Veto Presidencial al proyecto de ley que crea el Servicio de Protección de la Niñez. La votación de los Senadores de Oposición dejó al descubierto que entre los sectores políticos hay visiones muy distintas respecto al derecho y deber preferente de los padres a educar a sus hijos. La sociedad hace una diferencia entre los menores de dieciocho años y los adultos, porque entiende que los niños son seres humanos que deben desarrollarse para poder alcanzar la madurez. Son los padres los llamados a educar a los niños para que actúen correctamente, para que tomen buenas decisiones, para que sean fuertes y justos. Como dice Platón "aprender a alegrarse y dolerse como es debido, en eso consiste la educación". Los padres son los llamados a enseñarles a los niños a deliberar para que la pasión ceda paso y se subordine razón. Para eso es necesario un ejercicio constante, con la guía y la compañía de los padres, para que los niños vayan tomando buenas decisiones y ya preparados, enfrenten la autonomía. En esa línea la actual Constitución en el Artículo 1 señala que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y que es deber del Estado resguardar y dar protección a la familia. En este sentido, los padres tienen el deber y derecho de educar a sus hijos, enseñarles valores y principios y llevarlos a ser adultos. Sin embargo, desde la oposición se ha buscado licuar el derecho y deber preferente de los padres a educar a sus hijos. Ellos han puesto un foco especial en la autonomía progresiva de los niños. Es de toda lógica que mientras van creciendo y madurando los niños adquieren más responsabilidad y libertad para ejercer sus derechos, pero ese proceso debe ser dirigido por los padres. La oposición ha buscado sustituir el paradigma de la relación tutelar entre padres e hijos por un paradigma autonómico. Los niños son vistos como personas autónomas, se busca igualar la autonomía de los niños con la de los adultos. Un ejemplo: se plantea que la vida privada de los niños tiene que ser resguardada. En eso estamos de acuerdo, pero si en el ejercicio de este derecho los padres no pueden ejercer tutela, entonces los niños quedan expuestos a que extraños, por ejemplo a través de las redes sociales, violen sus derechos. Nosotros planteamos que el derecho preferente permite a los padres asegurar que los derechos de los niños sean resguardados, respetados y ejercidos de forma responsable. Este derecho preferente entonces es fundamental a la hora de proteger el interés superior de los niños, es un aliado de los niños, no su enemigo.
"El derecho preferente de los padres a educar a sus hijos es fundamental a la hora de proteger el interés superior de los niños, es un aliado, no su enemigo...."