Cuidados para después de la crisis
La restricción de presencia humana debido al covid-19, ha ayudado a bajar la contaminación; pero todavía falta mucho. Mantener una mirada atenta y exigente es parte también de la ruta a seguir post pandemia, para que los buenos efectos sobre el ambiente se mantengan.
Uno de los desafíos posteriores a la pandemia será evitar que, al recuperar la actividad económica, se genere daño ecológico. Según informes de Naciones Unidas (Pnuma), la paralización generada por el coronavirus podría acercar hasta en un 25% las metas medioambientales propuestas internacionalmente para el año 2030; sin embargo, eso no es suficiente y está la tarea de mantener la baja, con medidas de largo plazo para enfrentar las tres crisis actuales: cambio climático, pérdida de espacios naturales y contaminación de distinto tipo.
Uso de energías renovables, promoción de la reforestación, conciencia para el desecho de basuras, cuidado de la fauna y flora nativa, son acciones que se deben afianzar y con las cuales Chile se ha comprometido, aunque -sin dudas- existen muchos conflictos para resolver aún en el país.
Desde Los Ríos hay también una opción explícita y pública con el crecimiento sostenible, como parte de la definición en la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD 2009-2019). En ella se expone que en esta zona se priorizará el bienestar de la ciudadanía y se orientará las inversiones públicas y privadas para avanzar a un equilibrio entre producción y cuidado del entorno. Eso incluye diversificar la matriz energética (hay avances en geotermia), potenciar transporte con menos emisiones (política de electromovilidad), fomentar el ahorro y la eficiencia energética; además de la participación de la comunidad para realizar un control constante de las acciones que pudieran dañar los ecosistemas.
Esto último ha tenido su expresión en varias inquietudes ciudadanas, como la protección de los humedales urbanos y el resguardo del Santuario de la Naturaleza. De hecho hoy se ha levantado la voz para ahondar en el monitoreo ordenado sobre el humedal del Río Cruces, por la alteración notada en sus aguas.
Mantener esa mirada atenta y exigente es parte también de la ruta a seguir post pandemia, para que los buenos efectos de la menor presencia humana se prolonguen. Si no es así y el tema de la sustentabilidad pasa a un segundo plano público, debido a las urgencias; se corre el riesgo de generar una falsa seguridad y provocar retrocesos. La advertencia es internacional, pero vale en todas las escalas.