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¿Qué tan desconocido es el mundo de las alergias alimentarias?
- El Ministerio de Salud reconoce la alergia a la proteína de leche de vaca, pero también están las alergias múltiples, que son las más difíciles de detectar y tratar. Al menos desde el año pasado se advierte que hay más profesionales relacionados a estos temas, pero siguen siendo pocos. El diagnóstico de mi hija se logró recién al año y medio. En aquel momento no habían especialistas en el sur y por eso se perdió mucho tiempo en visitas a médicos que por ejemplo nos decían que solo se trataba de una inflamación del intestino o cosas así, cuando la realidad era mucho más preocupante. Además, no hay un examen certero que te diga cuál o cuáles son los alimentos que generan el problema y cuál es el procedimiento que hay que seguir para lidiar con ello. En mi caso y de seguro en el caso de muchas otras madres, se trató de un ensayo y error.
¿De qué forma ha logrado lidiar con la patología?
- La madre que da pecho debe someterse a una dieta estricta para que al hijo no le de alergia. En este cambio se conjugan factores sicológicos, sociales y de contención, que por lo general no siempre son favorables. Se suma entonces un problema adicional en la lucha para que a un hijo no le pase nada malo. Hay pocos estudios sobre las alergias alimentarias, pero sabemos que no se debe desconocer la carga genética y que actualmente son muy pocos los alimentos que realmente nos hacen bien. Como todo depende de cada caso, no se puede generalizar los tratamientos y ahí está el riesgo. El camino es muy complejo, sin embargo es necesario tomar medidas especiales desde el primer momento para evitar cualquier problema mayor traducido en reacciones dérmicas, intestinales o respiratorias. De eso depende además que la consulta sea a un gastrointerólogo o a un inmunólogo, lo que lógicamente es imposible de saber si es que no te has informado sobre el tema.
¿Qué tan extremo debe ser el cuidado con los niños?
- Hay quienes son alérgicos al contacto. Es decir, si a tu casa llega una visita que acaba de comer algo que le puede hacer mal a tu guagua y le da un beso, es muy probable que se produzca una reacción alérgica. Entonces el cuidado no tan solo es con la ingesta de alimentos, sino que también con un entorno que sin saberlo puede ser perjudicial. Desde el punto de vista social hay muy poco entendimiento del tema. Desde el punto de vista educacional también, ya que muchos niños son discriminados al entrara un jardín infantil por el simple hecho de tener alergias alimentarias. No se sabe cómo tratarlos ya que no hay protocolos especiales para eso.
¿La corporación que creó ha servido para dar señales de alerta?
- Llevamos poco más de un año trabajando en el tema. Partimos en Concepción con un encuentro de familias con niños con alergias alimentarias, que sorpresivamente fue masivo. Eso nos motivó a ampliar las redes y a querer conocer las realidades de otras ciudades y regiones. Sumamos personas especializadas al equipo, creamos talleres y seminarios; y con todo eso fuimos descubriendo que realmente se trata de un tema poco explorado y sobre el que se necesita avanzar con urgencia. Por cuestiones de estadística, por ejemplo, los alérgicos alimentarios múltiples quedan fuera de cualquier consideración en comparación con la proteína de leche de vaca como factor de riesgo. Simplemente se presentan menos casos. Es ahí donde nosotros hemos procurado levantar información para refutar eso. Actualmente estamos trabajando un petitorio con diversas consideraciones para que el Minsal las tenga en cuenta. Siento que efectivamente nos están escuchando, pero acá el tema es seguir insistiendo en la necesidad de que más profesionales de la salud se puedan especializar y que no todos se queden en Santiago. Tener un hijo con alergias alimentarias incrementa notoriamente el costo de vida y a eso hay que sumarle que desde regiones tenemos que partir a Santiago en busca de ayuda.
Esa desigualdad territorial está en su libro
- Fue una de las razones por las que opté por poner testimonios. Es que claramente cada caso responde a su propio entorno. En su momento nosotras vivíamos en Río Bueno cuando tuvimos que partir a Osorno a ver una gastrointeróloga que tampoco era especialista en el tema. Eso ocurrió hace dos años. En Valdivia no encontramos ayuda. Ahora la situación es distinta, pero insisto en que sigue siendo preocupante.
- ¿Según su propia investigación, cuáles son las ciudades que presentan mayores casos?
- Santiago, Concepción, Temuco y Puerto Montt principalmente. Como corporación estamos en la Red Chilena de Alérgicos Alimentarios. Somos la única institución que representa al sur. Actualmente la situación de mi hija, que tiene dos años y ocho meses, está bajo un grado mayor de control. Fue gracias a su caso que a fin de cuentas me interesé en generar vínculos para entender lo que le estaba y le sigue pasando; y así, poder ayudar al resto de las familias que se han visto enfrentadas a la misma situación.
Además de exponer su propio caso en el libro, Tamara Guerrero sumó testimonios recolectados por todo Chile y la voz de distintos especialistas de Valdivia. Están Francisco Sepúlveda (kinesiólogo, doctor (c) en osteopatía), Javiera Catalán (pediatra) y Rocío Báez (psicóloga, consejera de lactancia). "#ConAmor. Maternidad y Alergias Alimentarias", fue editado por Romina Campos y comenzó a circular en octubre. Los interesados en saber más del tema se pueden contactar con la autora en www.alergiasysaludchile.cl, a través de rrpp.tamaragc@gmail.com y en el Instagram @maternandoconalergias.