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A cambio de no poder hacerles clases, se decidió mantenerlos siempre informados con tutoriales y compartiendoles información práctica. Siento que lo más sensato fue hacer un alto y dejar de sobrecargarnos emocionalmente.
Avances
El año pasado Academia Fantasía mejoró sus instalaciones gracias a recursos del Ministerio de las Culturas adjudicados en 2019. El renovado espacio no logró ser ocupado por los estudiantes, pero quedó en condiciones óptimas para ser usado en proyectos que impliquen la interacción de grupos reducidos de personas. Con esa idea y con el propósito de generar empleabilidad, o al menos salarios en medio de la pandemia, es que en 2020 el Centro Cultural Bailarines de Los Ríos se ganó aproximadamente $18 millones del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras del Ministerio de las Culturas.
Con este dinero, 24 artistas podrán seguir trabajando gracias a un plan que, por ejemplo, considera comprar obras para ser transmitidas por streaming.
"Fue un tremendo desafío armar un proyecto en medio de la crisis sanitaria, pero lo logramos de buena manera. Como equipo siempre hemos trabajado en base a la autogestión y ad honorem, pero llegó un momento en que fue necesario generar algún tipo de ingreso para subsistir con nuestras familias. Estamos resistiendo todo esto desde nuestro propio lugar de cuidarnos y cuidar a quienes nos rodean, porque tenemos una responsabilidad social como artistas".
¿De qué manera se ha materializado esa responsabilidad con el entorno?
- Principalmente al planificar actividades dirigidas a la comunidad en general y no tan solo a los bailarines. Durante los próximos meses queremos llegar a todos quienes quieran moverse. Si bien sabemos que la pandemia no acabará pronto, apenas las condiciones lo permitan, ocuparemos espacios al aire libre para reencontrarnos con todos quienes quieran acompañarnos.
Además del apoyo ministerial, el centro cultural ganó recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional para el 11° Festival Interamericano Valdivia Danza. Gran parte se realizó de manera virtual en noviembre y están pendientes intervenciones en espacios públicos que no pudieron ocurrir en su momento por la cuarentena.
"La virtualidad fue un elemento que jugó a nuestro favor ya que pudimos contar con participantes de España, Alemania, Ecuador, Venezuela y Argentina. El evento realmente creció en su alcance y se volvió nuestra prueba de fuego como Bailarines de Los Ríos, ya que pudimos demostrar que tenemos las herramientas necesarias para no dejar que la danza pierda protagonismo durante un tiempo que ha sido extremadamente complicado para todos".
¿Debieron salirse de la zona habitual de creatividad para adecuarse a un lenguaje nuevo?
- Es obvio, pero la virtualidad llegó para quedarse. Desde hace mucho que ya venía siendo una opción, pero ahora ya es la única herramienta que tenemos como soporte y no la vamos a dejar. El 2021 también estará marcado por esta forma de seguir encontrándonos a la distancia. Creemos que pese a todo lo malo que nos ha pasado, hemos encontrado nuevas formas de desafiarnos para seguir creciendo como artistas.
Aunque decidí no hacer clases online debido a la sobrecarga de actividades de ese tipo que estaban teniendo nuestros estudiantes en Fantasía, igualmente me animé a probar suerte con un grupo de personas adultas. Lo pensamos como un lugar de encuentro, de práctica libre del movimiento en espacios reducidos que son los únicos que nos van quedando cuando debemos estar obligadamente en casa. La experiencia fue tan exitosa que incluso con un dúo grabamos un video danza.
Precariedad
Hasta la fecha, el ingreso en dinero que perciben quienes integran los equipos de cada proyecto está muy por debajo de lo que los bailarines y artistas en general de Los Ríos podrían ganar en un año normal.
¿La pandemia dejó en estado de indefensión al sector?
- Haber quedado sin trabajo por culpa de crisis sanitaria fue algo tremendo. Ser trabajador de las artes en este país es también algo complicado ya que en gran medida dependemos de estar siempre reinventándonos y de la autogestión. En cierta medida, estamos permanentemente en un estado de resistencia porque el Estado nunca se hizo cargo de buscar las formas más rápidas y efectivas de ayudar a quienes trabajamos por el arte y la cultura, dos elementos fundamentales de acompañamiento en estos tiempos. Ciertamente se reveló un estado de indefensión, al menos desde el Ministerio de las Culturas a nivel central, no así en la seremia de Los Ríos donde siempre hubo lugar para conversar lo que nos ha estado pasando. En términos generales y al momento de querer acceder a ayudas generales por parte del gobierno, nos encontramos con un montón de trabas, por eso siento que es necesario que una de las grandes lecciones que queden de la crisis sea precisamente considerarnos también como ciudadanos, como trabajadores, como personas.
"Haber quedado sin trabajo por culpa de crisis sanitaria fue algo tremendo. Ser trabajador de las artes en este país es también algo complicado ya que en gran medida dependemos de estar siempre reinventándonos y de la autogestión".