Cambio cultural y discriminación
Distintas organizaciones apoyan una reforma a la Ley Zamudio, que permita avanzar hacia la prevención y educación. La meta es reaccionar y reparar el daño; pero también evitar que ocurra y colaborar para que los entornos sean más seguros para todas las personas.
Entre los múltiples efectos de la pandemia en la vida cotidiana, se cuenta el aumento de hechos y denuncias por discriminación relacionados con origen , discapacidad, género, edad, apariencia, desempeño laboral, entre otros.
Un caso particular viven las personas de la comunidad LGTBI, que han visto crecer las agresiones tanto dentro como fuera del hogar (38% según un sondeo del Movilh) y en Los Ríos, ya en marzo de 2020, las denuncias al respecto registraban un 11% de alza.
Si bien existe hace ocho años la Ley 20.609, todo indica que ella se ha hecho insuficiente para castigar este tipo de comportamientos y también para prevenirlos, algo que en tiempos de cuarentena se vuelve más necesario, por la obligada convivencia permanente, que ahonda situaciones pre existentes, como la intolerancia, el descuido y la no aceptación de otros y otras en su completa dimensión de vida.
Considerando estas realidades es que se tramita en el Congreso una reforma a esa normativa, también conocida como Ley Zamudio, añadiendo medidas que permitan reaccionar y reparar el daño; pero también evitar que ocurra y colaborar para que los entornos sean más seguros para todas las personas.
Además se busca modernizar mecanismos para pedir ayuda, pues muchas veces esta no se solicita, porque existe sesgo y prejuicio de parte de quienes deben gestionarla.
Desde organizaciones nacionales y regionales que trabajan con personas en situación de discapacidad, migrantes, mujeres, adultos mayores, privadas de libertad, de distinta orientación sexual y creencias; han apoyado estos cambios, para que también se visibilice las múltiples formas en que se da la exclusión, sobre todo la estructural, aquella producida cuando la organización del país (económica, legal, política) se articula sin considerar, arbitrariamente, las realidades de algunos grupos.
La solicitud es, entonces, para que se avance en la reforma de la ley y que se estimule un cambio cultural, a fin que la ciudadanía internalice que las dificultades no están en las múltiples diferencias entre individuos; su verdadera causante está en la discriminación que se construye socialmente frente a ellas.