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su carrera, así como la de otras profesionales muy destacadas de la Universidad.

Sólo a modo de ejemplo, me gustaría mencionar a Leonor Adán, directora de Vinculación con el Medio, a quien en buena medida se le debe (junto a su equipo donde también participó Zita) la formulación del proyecto que permitió el financiamiento del Museo de Arte Contemporáneo (notablemente sostenido por Hernán Miranda durante tantos años), además del proyecto de Vicerrectoría de Vinculación con el Medio y la puesta en marcha del Campus Los Canelos, entre otras iniciativas. O María Asunción de la Barra, brillante secretaria general durante siete años, que mucho va a costar reemplazar, y quien tuvo una activa participación en la formulación de políticas y reglamentos de prevención de acoso, violencia y discriminación, como en programas de equidad de género.

Todo lo anterior es una injusticia de proporciones que espero la universidad sea algún día capaz de reparar. A todas estas personas se les censuró por diversos medios, se legitimó el lenguaje de los habilitados y los inhabilitados, se les desprestigió. Muy triste para una universidad que debe defender siempre y a toda costa la libertad de expresión y el respeto por todas y todos los integrantes de la comunidad universitaria.

¿Cree que se cometieron errores bajo su administración?

- Por supuesto, en toda administración se cometen errores, pero lo que hay que ponderar es si estos errores son capaces de opacar los avances que se lograron. Ahora si la pregunta se contextualiza a este último año, efectivamente cometí errores políticos al no dimensionar adecuadamente el contexto sociocomunicativo en que nos encontramos y al no anticipar los efectos de esta crisis política.

En su carta de renuncia dice, entre otras cosas, que tomó la decisión para "contribuir a superar la crisis institucional"; no obstante, se le sigue cuestionando por no hacer un mea culpa. ¿Qué podría decir sobre pronunciarse con mayor detalle respecto de alguna eventual responsabilidad en las irregularidades denunciadas?

- Creo que no existe mejor manera de asumir una responsabilidad política que contribuir a superar la crisis institucional, buscando además resguardar la democracia universitaria. Respecto a las supuestas irregularidades denunciadas, siguen siendo eso: denuncias. Nadie ha podido demostrar que haya cometido irregularidades, investigadas por medio de los órganos competentes de la universidad, la Contraloría General de la República o los tribunales. Las responsabilidades administrativas son siempre personales. Las políticas, pueden ser de la máxima autoridad. Pero aquí se da el inusual caso de que se exigió mi renuncia por cuatro supuestas irregularidades en las que no tengo responsabilidad directa, y que además habría que demostrar cuáles de ellas son efectivamente irregularidades.

Respecto de las graves acusaciones que se hicieron en mi contra y a mi entorno familiar han quedado en nada, ni siquiera se mencionan. Como se sabe hay demandas en curso y hay que esperar ahora que se pronuncie la justicia. En lo que a mí respecta tengo la absoluta convicción de haber trabajado con honestidad y profundo compromiso por la Uach.

Desde el Sindicato Nacional de Trabajadores N° 1 se ha indicado que su salida y la de Carlos Montt, ex presidente del directorio, debería considerar también la remoción de sus respectivos equipos de profesionales más cercanos. ¿Cree que eso serviría para restituir confianzas?

- Es una opinión, pero no la decisión que la institución ha tomado. De hecho, la universidad sigue siendo gobernada básicamente con el mismo equipo que conformé como rector. No hay que olvidar que hoy tenemos una subrogancia de una rectoría legítimamente electa. La nueva rectoría podrá conformar el equipo que estime conveniente.

Labor universitaria

En dos décadas usted fue Director de Estudios de Pregrado, Decano y Vicerrector Académico. ¿Recuerda haber sido cuestionado por su labor administrativa antes de llegar a ser rector?

- Creo haber tenido una trayectoria como autoridad universitaria en la que jamás se hizo ninguna objeción o cuestionamiento a mi accionar y a mi estricto apego a las normativas institucionales. Muy por el contrario, creo haber contado con el respeto y el respaldo de la comunidad universitaria, tanto que fui elegido rector por dos períodos consecutivos.

Por ello es que esta situación es institucionalmente tan inquietante, porque instala la posibilidad de hacer política universitaria utilizando las peores prácticas que creíamos ya erradicadas de otras políticas y de otros comportamientos sociales. Estoy seguro de que tarde o temprano la verdad se va a imponer.

Usted ejerció en un primer período de 2014 a 2018 y un segundo período que se interrumpe con su renuncia en 2021. ¿Qué destaca de la labor realizada?

-Creo, como se ha reconocido en múltiples instancias, que la universidad no es la misma que recibimos hace casi siete años. En 2014 teníamos poco más de 12 mil estudiantes de pregrado. Hoy tenemos casi 18 mil y estamos camino a alcanzar los 20 mil en unos años, además de los estudiantes de postgrado y postítulo. El presupuesto era de $65 mil millones, hoy se acerca a los $100 mil.

En investigación nos acercamos a duplicar nuestra productividad científica medida en publicaciones y hemos generado nuevos centros de investigación de gran impacto. En vinculación con el medio tuvimos un notable desarrollo, pues creamos el Centro de Extensión Los Canelos, estamos en etapa de construcción del gran MAC, con un financiamiento de alrededor de $7.000 millones. Espero se inicie pronto el Museo Humano que reunirá la colección del destacado escultor Mario Irarrázabal. En proyecto están el Museo del Terremoto de 1960 en alianza con la empresa Kunstmann y la restauración de la casa Anwandter donde funciona el Museo Histórico y Antropológico. Además, hemos restaurado con fines académicos y de vinculación buena parte de nuestros edificios patrimoniales.

En gestión académica creamos la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación artística. Está próxima a finalizar su tramitación la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio. Creamos además la Dirección de Desarrollo Estratégico. Destacaría también que hemos apoyado y creado nuevas áreas de formación y de creación de conocimiento en artes, diseño, administración y políticas públicas, trabajo social, educación para la primera infancia, entre otras. En Pregrado, creamos el Departamento de Vinculación, Acceso y Permanencia, donde se encuentran los programas de acceso inclusivo y de apoyo integral a nuestros estudiantes.

En infraestructura logramos concretar un financiamiento de alrededor de $50.000 millones para la renovación de gran parte de las antiguas edificaciones de la universidad. En Puerto Montt hemos invertido más de $5.000 millones y adquirido un nuevo campus de 21 hectáreas en condiciones muy favorables. Hemos finalizado en Valdivia el Edificio de Ciencias II, alrededor de 7.000 mts2 dedicados a laboratorios de alta complejidad. Se está finalizando la construcción del nuevo Edificio de Filosofía y Humanidades (otros 7.000 mts2) y un hermoso centro náutico. Estamos en etapa inicial de construcción de un nuevo pabellón docente. Pronto se debe dar curso a la construcción en el de la Facultad de Arquitectura y Artes. En etapa de diseño se encuentran las Facultades de Ciencias Veterinarias, Ciencias Agrarias y Alimentarias y Ciencias Forestales y Recursos Naturales, además de instalaciones deportivas.

Si se concreta en los plazos definidos ese proyecto tendremos universidad renovada, más completa y compleja, más diversa e inclusiva, y con mejores capacidades para contribuir al desarrollo y bienestar del país.

Futuro personal

¿Qué ha pensado sobre su futuro en la institución? ¿Puede volver a ser académico o estar ligado a funciones administrativas tras su renuncia?

- He sido, soy y seré académico, entre otras muchas funciones propias de un ciudadano. He tenido la suerte de trabajar en los más variados contextos educativos y cumplir funciones diversas en el mundo cultural y académico, pero mis planes siempre fueron al terminar la rectoría volver a mi trabajo intelectual y a la docencia.

¿Al igual que el vicerrector de gestión económica y que Zita Muñoz, usted pretende entablar alguna acción legal en contra de la universidad?

- Es una materia que estoy evaluando y va a depender de la capacidad que tenga la institución para reparar el daño causado. La universidad no es, pese a lo que algunos quisieran, una pequeña república, sino parte de la República, donde siempre debe primar el estado de derecho y no la pseudojusticia de las redes sociales.

La imagen

Usted y el rector fundador Eduardo Morales son los únicos que han renunciado al cargo desde 1954. En su carta de renuncia usted dice hacerse cargo de "responsabilidades políticas" y espera que quieren generaron la crisis también se hagan cargo de sus responsabilidades. ¿Qué debería ocurrir de ahora en más para evitar situaciones como esta?

- La vida tiene paradojas y la historia tiende a parecer cíclica. Pensar que el rector Morales haya sido removido el año 1962, es una de las mayores injusticias que se han producido en la universidad. Curiosamente también por supuestas irregularidades, que nunca se pudieron demostrar. Pero ese daño se causó a quien hoy es considerado una figura tutelar de la universidad y de la descentralización de la educación superior en nuestro país. Pero el devenir de nuestra universidad tiene las complejidades políticas propias de la historia de nuestro país.

El rector William Thayer tampoco pudo terminar su período en el año 1973, y luego tuvimos 17 tormentosos años con rectores militares delegados.

No es la actual ni la mayor ni la peor crisis que hayamos vivido como institución; pensar eso es tener una mirada histórica muy corta, o creer que la historia siempre pasa por algunas modestas biografías personales.

¿Cómo evalúa el impacto de la denuncia en la imagen que ahora proyecta la Universidad Austral ?

- Creo que se ha hecho un daño innecesario y lamentable a la comunidad universitaria, generando un clima de beligerancia intencionado e intencional.

Se va a requerir mucho trabajo y mucha paciencia para reparar las costuras de esta crisis en una comunidad que hasta ahora se había caracterizado por el respeto entre sus integrantes.

También se ha dañado la imagen pública de la universidad, llevando a los medios y redes sociales, un problema interno que debió ser investigado por los órganos de la universidad u otros organismos, pero respetando los derechos fundamentales de las personas que estaban sometidas a escrutinio. Nada de ello ocurrió y nos enfrentamos a una andanada de declaraciones, muchas de ellas muy irresponsables. Se perdió la mesura por parte de algunos destacados integrantes de la universidad, más interesados en el objetivo político de desestabilizar a la rectoría que de esclarecer los hechos. Finalmente, se ha dañado también el prestigio de una universidad caracterizada por su seriedad, sus altos niveles de acreditación y su compromiso público, generando un problema en el gobierno corporativo y en la democracia universitaria que tendrá consecuencias y obligará a dar muy buenas explicaciones.

Diálogo y respeto

¿Qué espera del rector o rectora que asuma tras las próximas elecciones?

- Lo importante es que se respetó la obligación de convocar a elecciones y así no seguir vulnerando aún más la democracia universitaria, frente a quienes defendían ilegítimamente que era posible nombrar, a través del Consejo Superior Universitario, un rector suplente o interino, lo que habría significado un grave retroceso para la autonomía universitaria.

Espero que la próxima máxima autoridad tenga la capacidad para continuar con el Plan Estratégico aprobado por el Consejo Académico y el Directorio y seguir impulsando una estrategia de desarrollo institucional. Creo que debe tener además la capacidad para unir a la universidad luego de este complejo momento. Espero que genere una política más respetuosa de los derechos de las personas, como nosotros lo intentamos. No en las palabras, sino en las acciones y en la vida cotidiana.

¿De qué manera la Uach puede salir de esta crisis institucional?

- Con mucho diálogo, respeto y trabajo conjunto. Y sobre todo respetando y haciendo respetar la democracia universitaria. Sé que son palabras fáciles de decir, pero la universidad es una institución demasiado importante para las regiones del sur y para el país como para seguir permanentemente en un estado de conflicto e incertidumbre.

Invito a todos los integrantes de esta comunidad, especialmente a quienes me eligieron y a quienes me han dado múltiples muestras de apoyo y afecto en estos días, a trabajar en esa dirección.