Chile ¿marca país?
Hace algunos días se ha dado a conocer el ranking de marca país realizado por Future Brand Country Index, donde Chile ha descendido 30 puestos, ubicándose actualmente en el lugar 73 dentro de las 75 mayores economías del mundo. Este ranking, liderado por países como Japón o Noruega, es un estudio de percepción basado en una encuesta realizada a viajeros frecuentes, ejecutivos y funcionarios públicos, que mide aspectos tales como la estabilidad económica, capacidad de innovación, confiabilidad entre otras.
¿Qué podemos hacer para revertir esta situación? Hace unos meses se lanzó una campaña de posicionamiento de la marca Chile, a través del lema "Chile, creando futuro". A pesar que es un plan diseñado por el actual gobierno, todos coinciden en la importancia de esto y en la transversalidad de su gestión, puesto que es un tema de Estado y no de un gobierno en particular. Prueba de ello, es que este plan se ha establecido para el período 2020-2030.
No debemos olvidar que este ranking es un estudio de percepción, por lo tanto, no está basado en datos mesurables, sino que solo en lo que los encuestados piensan sobre nuestro país y que existen otros estudios, basados en datos objetivos, donde nuestro país destaca a nivel de la región. Con esto, no quiero restar mérito al estudio, sino que establecer que hay que analizarlo en ese contexto.
Es importante potenciar la marca Chile. Hasta el momento, se ha dado prioridad a temas también relevantes, tales como la estabilidad económica, atraer inversiones, empleo, entre otras, pero, a mí juicio, no ha habido una gestión global de la marca a nivel internacional. En ese sentido, estamos en deuda. Como referencia, un caso cercano, Perú, con una economía y estabilidad menor que la nuestra, a través de un plan estratégico de largo plazo, ha posicionado la "marca Perú" en todo el mundo de forma magistral. Ese debe ser nuestro norte.
José Navarrete Oyarce Ing. Administración Empresas UAB
Responsabilidad del Estado
De acuerdo a las proyecciones de científicos y estudios a nivel mundial, en el futuro aparecerán muchos virus mutados o desconocidos, difíciles de controlar. También se consideran otras calamidades como el preocupante "cambio climático''.
Creo que las medidas para enfrentar estos males no deberían ser decididas o estar a cargo de los gobiernos de turno, sino de un grupo transversal de catalogados científicos y expertos, quienes en forma permanente se harían responsables de planes con el apoyo de todos.
De esta manera, se evitaría que las oposiciones se hicieran un festín, diciendo que ellos lo harían mejor; lo que es muy improbable y dudoso, porque las ideologías y doctrinas pesan mucho y se oponen cuando se trata de remar juntos o en momentos de llegar a un buen acuerdo.
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com
Analfabetismo digital
En recorridos por nuestras comunas, principalmente de la Provincia del Ranco, he sido testigo de una ruralidad maravillosa que nos entrega lo mejor: tradiciciones, gastronomía y hospitalidad. A pesar de ello, producto de la actual pandemia, también queda al descubierto la brutal brecha en materia de conexión a internet y el analfabetismo digital que hace que nuestra gente pierda oportunidades reales.
Por ello, creo que es necesario combatir el analfabetismo digital, con mayor disposición de parte de los servicios públicos, pero también de toda la comunidad, especialmente los más jóvenes.
Se requieren transformaciones de fondo, que deben comenzar a aflorar en los próximos meses, pero se requiere también de una reacción inmediata, para apoyar y nivelar la cancha de acceso de nuestros vecinos del campo y también de la ciudad.
Matías Velásquez Flores Administrador Público svelasquezf@gmail.com
Inclusión laboral
A casi tres años de la publicación de la Ley 21.015 sobre Inclusión Laboral, que obliga a las empresas de 100 o más trabajadores a contratar al menos a un 1% de personas en situación de discapacidad, hay nuevos avances en la materia que implican desafíos para el 2021: la promulgación de la Ley 21.275 que exige la contratación de un experto en inclusión laboral y la generación de políticas inclusivas al interior de las organizaciones.
Esta iniciativa es un tremendo avance para un cambio cultural que valore la diversidad, pero no asegura el éxito del proceso, pues aún existe mucho desconocimiento y falta de compromiso de las empresas, pues muchas siguen priorizando las medidas alternativas que propone la Ley 21.015 para cumplir con las exigencias.
Es importante no considerar la contratación de personas en situación de discapacidad como una acción de Responsabilidad Social Empresarial, sino que valorar a cada persona como un aporte y entender que el talento y la gestión de la diversidad otorga grandes beneficios a las compañías.
Marcela Varas Dir. Terapia Ocupacional U.L.A.