De acuerdo a datos de la PDI y Carabineros, la incautación de plantas de marihuana creció en 194% durante enero a nivel nacional, comparado con el mismo mes del año pasado. Al iniciar 2021 ya han decomisado 85 mil de ellas, mayoritariamente en zonas rurales de diferentes puntos del país.

A nivel regional las cifras son también altas. El 27 de enero, en una operación conjunta entre policías de Los Ríos y Coquimbo, fue posible desbaratar una red que abastecía desde el norte a la zona sur y que tenía un cultivo de 177 kilos de cannabis sativa tipo cogollo y 791 plantas. Se estimó que, una vez procesada, serían vendidas en un valor aproximado de 745 millones de pesos.

En febrero, siguen conociéndose casi a diario informaciones sobre detenidos que tienen este tipo de productos en sus casas, creciendo tanto en patios, como en pequeños invernaderos dentro de las viviendas. Hace dos días, por ejemplo, fue descubierto un microtraficante de Valdivia que también ofrecía hongos alucinógenos; en total sumaba más de 600 dosis en su oferta. En otra acción, fue apresado un sujeto que mantenía nueve plantas en la comuna de Futrono. En ambos casos, la comercialización se hacía principalmente a personas que llegaban a los domicilios de los vendedores. Es decir, demanda continua y directa.

Este último punto es muy preocupante, sobre todo entre los menores de 19 años, cuyo consumo de marihuana es 2,1 veces mayor que el del resto de la población; y entre los escolares de octavo a tercero medio, que hacen liderar a Chile en ránking latinoamericano en esta materia (senda.cl).

Como se ha dicho muchas veces la adición es un problema complejo y los proveedores, lamentablemente, cubren a un público que existe y compra.

En esta materia, la Fiscalía de Los Ríos creó un foco investigativo (Sacfi) y también se ha contado con apoyo de la comunidad que se atreve a dar datos a través del fono Denuncia Seguro, que es el 600 400 01 01, al cual se puede llamar de manera gratuita y anónima.

En tal contexto, si bien el retiro de la droga no basta; al menos marca avances para disminuir que ese circulante de sustancias ilegales llegue a las calles y dañe personas.

Febrero es un momento emblemático para Valdivia desde 1552 con la fundación de la ciudad, una instancia de gloria para el Imperio Hispánico; pero de derrota para las comunidades indígenas.

El 9 de febrero de 1552 comenzó el proceso de sincretismo cultural, que tiene hasta hoy una serie de manifestaciones, y que recoge la crónica de Diego de Rosales que relaciona a la figura de Racloma; mujer aborigen que habría permitido la continuación del avance español en la indómita tierra. Rosales narra ese encuentro de la siguiente manera: "¿Qué pretensión es la vuestra? ¿Qué os trae de tan lejos a tierras tan pobres? ¿O qué es vuestra determinación? Porque mis caciques, temerosos de que gente extraña venga a enseñorearse de sus tierras, se van juntando para defenderlas y estorbar el paso de este anchuroso río (…)", (Rosales -1877, p.463).

El 4 de febrero de 1645, Noventa y tres años después, arribó la Flota Repobladora, conformada por 17 embarcaciones, que buscaba levantar el complejo de fortificaciones, cuyas ruinas aún podemos observar y que nos remontan a un pasado en el que la Plaza Fuerte y Presidio de Valdivia fue un engranaje fundamental en el esquema defensivo del Imperio. Tristemente -fue también durante febrero- cuando el complejo sucumbió ante las tropas de Thomas Cochrane, y la"Llave del Mar del Sur" se sumió en un profundo letargo.

Febrero es un tiempo de importantes devociones religiosas, producto -entre otros- del sincretismo cultural iniciado a partir de la conquista. La evangelización se desarrolló en América por medio de las imágenes, destacando la iconografía asociada a la Virgen María a través de sus distintas advocaciones. Así, se transmitía y transmite el mensaje del Evangelio permitiendo la conquista del continente.

Nuestro territorio no quedó ajeno a esta realidad, siendo la Virgen de la Candelaria la gran protagonista. Esta advocación recuerda la presentación de Jesús recién nacido en el templo de Jerusalén, con elementos identificadores como la vela, que simboliza la luz que debe guiar el camino de la humanidad, y Punucapa es el escenario que alberga, así como antes la isla de Mancera, un santuario de la Virgen, que acoge a los fieles que mantienen viva una devoción centenaria, originada en tierras lejanas, cuyo mensaje ha traspasado las barreras impuesta por las fronteras.

Lorena Liewald

Directora Académica de la U. San Sebastián Sede Valdivia.