Recuperación sostenible
Entre el cambio climático y COVID-19, nos vemos en la obligación de buscar una recuperación que impulse las economías sostenibles para construir un futuro mejor.
El mundo ya está actuando, China, el país con mayores niveles de emisiones de CO2, busca lograr carbono neutralidad al 2060. Chile no se queda atrás, adelantando para 2024 objetivos de descarbonizar la matriz eléctrica e impulsando las estrategias de residuos, como parte de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor.
Para residuos orgánicos Chile busca reciclar el 66% de estos al 2040. Actualmente, el 58% de los residuos de los hogares chilenos son orgánicos y terminan en los vertederos. Apenas el 1% de restos de frutas y verduras son reciclados en forma de biogás, o compost. Hoy más que nuca se hace necesario pensar en una recuperación sostenible, reciclar, usar energías alternativas, renovables y sostenibles para cubrir las necesidades e impulsar la economía.
Paula Ortiz Gerenta de Proyectos, Arcadis Chile
Paradojas
Estamos viviendo la tiranía de lo instantáneo, la sobredosis de información, donde es difícil sostener una conversación de corrido, tomándose un café, por ejemplo, sin que nuestro interlocutor nos deje con la palabra en la boca, porque suena su celular, el que, por supuesto, tiene preferencia. Es paradojal de que mientras más nos comunicamos a distancia, menos hablamos con nuestros cercanos.
La pregunta a responder en el siglo 21 será ¿es el celular un aparato que nos presta un servicio, o se convertirá en un dictador que pretende dirigir nuestra vida cotidiana?
Piénsenlo, no es broma.
Mauricio Pilleux Dresdner mpilleuxpd@gmail.com
Bicentenario La Unión
El 15 de febrero de 1821, no se comenzaba a escribir la historia; pero sí un capítulo mas, en un territorio forjado por sangre indígena.
A 200 años de la fundación de lo que conocenos como La Unión, son muchos los sueños, pero los más importantes son sin duda , cuidar la nobleza, la paz, sus verdes praderas y su aire que es capaz de encantar.
Defender la capacidad de reencontrarnos como comunidad en un mundo que vive en constantes cambios es un desafío complejo pero inmensamente necesario. Construir un territorio más justo y de mejores oportunidades no sólo debe ser un discurso político, debe ser el motor que nos mueva.
Los sueños de las familias por forjar un proyecto de vida deben tener la consistencia de reales transformaciones y de proyectos que realmente impacten, en materias básicas como la luz, el agua, los servicios sanitarios y todas aquellas condiciones basales que hoy mantienen a un tercio de la población sin poder disfrutar de la modernidad. Una ciudad que pone primero a su gente, a sus personas mayores, a sus niños, es una ciudad que entiende que el desarrollo humano es una pieza prioritaria en el crecimiento de los territorios.
No dejemos de soñar en tener una mejor calidad de vida, por nuestras familias, por las futuras generaciones, por nosotros, por todos y todas.
Matías Velásquez Concejal de La Unión
Constitución e infancia
Resulta preocupante la ausencia de reconocimiento formal de la infancia y los derechos de las niñas, niños y adolescentes en la actual Constitución. Ellos son minimizados en su rol de sujetos políticos e impedidos de formar parte de las actividades y mecanismos tradicionales e institucionales de participación.
Aparentemente, existe una resistencia a incluir formas de intervención y poder distintas de las que el mundo adulto ha diseñado y que, en el mejor de los casos, se abre solamente a mirar la infancia, pero no a escucharla ni otorgarle espacios de participación activa.
Sin embargo, lo cierto, es que los niños, niñas y adolescentes se encuentran, en su esencia como seres humanos, facultados para ejercer dichos derechos de forma progresivamente autónoma, por lo tanto, se hace necesario abrir a una concepción de la infancia activa, que sea capaz de reconocer e incluir nuevas formas de participación.
El reconocimiento de estas facultades a la infancia y la adolescencia constituye, en concreto, el fortalecimiento de sus cuidados, la construcción de su autoestima y la garantía del respeto en tanto son seres humanos. En este sentido, se requiere de una constitución que, no solo propenda a la protección, sino también a garantizar sus derechos, considerando que, si realmente primara el interés superior del niño en las decisiones del Estado y los Gobiernos, esto tendría implicancias directas en la estructuración y desarrollo de la legislación subyacente y las políticas públicas, puesto que, sostener esta visión, implica pensar, no solo en el impacto presente, sino también en su devenir, cuestión que se relaciona estrechamente con medio ambiente, la salud, la educación, las pensiones, la vivienda, entre otros.
Andrea Raglianti Solivelles andreaporlosrios@gmail.com