"Quien no se ríe de su literatura, está condenado a repetirla". Esa frase, sin adjudicación alguna, estampada en la cara interior de la contratapa, termina por representar de forma muy certera la sensación que deja "Expediciones al núcleo de la zoología moderna" (Libros del fuego, 2020), del narrador chileno Ricardo Elías.
El volumen considera nueve relatos que revelan a Elías como un fabulador poco mesurado, que no tiene miedo a pulsar las cuerdas del absurdo, pero que cuenta cada historia con una austeridad formal que termina por convencernos de que esto no era una broma.
El primero de los cuentos y que da nombre al libro, narra la historia de una expedición de principios del siglo pasado a alguna selva sudamericana, con el fin de observar y desentrañar los secretos del comportamiento de los monos Aoaku. Un traductor ignorante y la figura infame de sir Thomas Covelpot "el naturalista más relevante que ha dado el siglo XX", le dan una sazón especial.
Le sigue "Chino", un cuento policiaco con pistolas, escopetas, ametralladoras y hasta un tanque, todos de greda y una seguidilla de ataques a locales de comida de china. "The Mitical Cool & Round", en tanto, presenta las vicisitudes de una banda de aficionados al rock clásico y los completos que de pronto deben acomodarse a las exigencias de un público ávido de cumbia.
En "Tiburón" se cuenta la historia del que pudo ser un panorama de fin de semana perfecto de un grupo de amigos, pero que finalmente termina desatando tragicómicas dosis de patetismo.
La venganza silenciosa asoma en "Concurso de propuestas de innovación tecnológica" y las farsas de la memoria quedan al descubierto en "Vida y obra de Idomeneo Carvallo". En "Peaje", el escusado se convierte en un atajo para enanos que buscan llegar puntuales al trabajo, pero sin gastar demasiado en locomoción y en "Un muerto de mal criterio", un maestro parrillero descubre que la carne queda mejor si el fuego se alimenta con buena literatura, literalmente.
Daniel
Carrillo