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Francisco Javier Gil: Un amigo de la UACh

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Pesar existe en la Universidad Austral de Chile por el fallecimiento del Dr. Francisco Javier Gil Llambias, muy querido académico de la Universidad de Santiago y quien fuera el principal e incansable impulsor de las más importantes medidas de inclusión en el acceso y acompañamiento de estudiantes en la educación superior en los últimos años, como el puntaje Ranking de Notas, el Propedéutico, el PACE y el Ranking 850, entre otras. El rector (s) Dr. Oscar Balocchi manifestó que "como comunidad de la Universidad Austral de Chile lamentamos profundamente la partida inesperada del profesor Francisco Javier Gil, quien fuera un valioso aporte, contribuyendo poderosamente a las políticas públicas de acceso equitativo de los jóvenes a la educación superior". También el vicerrector académico (I), Dr. Mauricio Ruiz-Tagle, destacó que "Francisco Javier Gil tuvo en la Universidad Austral de Chile una de las instituciones aliadas en cada una de las iniciativas que impulsó por un acceso más justo y democrático a la educación superior. En 2016 recibió de nuestra universidad el Premio Jorge Millas. En aquella oportunidad, en nuestra Sede Puerto Montt se realizaba una reunión conjunta de la Red de Directores de Docencia y de Vicerrectores Académicos del CRUCH, desde donde le enviamos un saludo". El año 2016, la UACh entregó al Dr. Francisco Javier Gil el Premio Jorge Millas, reconocimiento que otorga la casa de estudios a quienes hayan contribuido de manera notable con su obra intelectual y su vida, a ennoblecer y desarrollar la institución universitaria o la educación superior.

3 de marzo dejó de existir el profesor Francisco Javier Gil, un ferviente luchador por la inclusión en la educación superior.

La casa

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de Dios

El texto del Evangelio de Juan (2,13-25) que se nos propone por la liturgia para este tercer domingo de Cuaresma es conocido como la purificación del Templo, es decir, cuando el Señor expulsó del Templo de Jerusalén a los mercaderes y cambistas de dinero.

Se acercaba la fiesta de la Pascua, cuando Jesús llega a Jerusalén y descubre que el Templo, lugar destinado a la Oración y al Culto a Dios, pero que ellos lo habían profanado introduciendo una serie de practicas que alejaban del principal motivo que llevaba a la gente a acudir al Templo. Jesús se enfurece.

El reclamo de Jesús es de que la Casa de su Padre es casa de oración y no para hacer de la oración un negocio y por eso actúa con violencia. Todo esto era porque la ofrenda que debían entregar al Templo no podía ser con monedas de los romanos, sino con una especial para hacer la ofrenda y eso explicaba los cambistas en el Templo. Por otra parte, la venta de los animales era porque ahí lo adquirían los peregrinos que luego los ofrecían en el Altar. Sin embargo, todo eso había cobrado mucha importancia, transformándose en lo principal, al punto de perderse el objetivo principal del Templo: la Oración. Los discípulos hacen memoria de la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento: "El celo por tu casa me consumirá", de manera que en Jesús se cumple la Palabra profética. Y un poco más adelante, ante la pregunta de la gente de por qué hacía eso, Jesús les responderá: "Destruyan este Templo y yo en tres días lo volveré a levantar".

Los discípulos recordarán -después de la Resurrección- estas palabras, reconociendo que ya no es el Templo de Jerusalén el lugar donde habita Dios, sino que es el Cuerpo de Cristo: cuerpo místico que es su Iglesia, de la cual Cristo es la cabeza y en el Cuerpo sacramental de Jesús en la Eucaristía de la cual vive la Iglesia.

Por esto para nosotros cobran importancia nuestros templos y capillas, porque ahí nos encontramos con Dios en la Eucaristía y con la comunidad que es la Iglesia viva. Tendremos que esperar aún un tiempo con responsabilidad para retornar a nuestras iglesias. "Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza".

Reinaldo Edwin Soto Peña: Adiós a un profesor normalista y líder familiar

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El mundo de la educación regional sufrió el pasado martes 2 de marzo la partida de un profesor de aula formado en la antigua Escuela Normal Superior Camilo Henríquez de Valdivia. A los 69 años de edad se marchó del mundo terrenal Reinaldo Edwin Soto Peña, quien fuera hasta el momento de su deceso, el director de la Escuela Rural Nueva Aurora de Pichirropulli, en la comuna de Paillaco. Reinaldo Edwin Soto Peña nació en Reumén el 17 de septiembre de 1951 y cursó sus estudios primarios en la Escuela N° 67 de dicha localidad. A los 13 años de edad ingresó a la Escuela Normal, para cumplir su sueño de transformarse en profesor primario y aprendió a querer la que sería la profesión de su vida. En 1972 egresó como Profesor de Educación General Básica, con mención en Educación Musical y sus primeras labores profesionales las desempeñó en la Escuela N° 34 de Lipingüe, en la comuna de Los Lagos. El 8 de enero de 1973 y luego de dos años de pololeo, Reinaldo Edwin Soto Pela contrajo matrimonio con el amor de su vida, Erica María Oyarzo Araneda. Fueron padres de cuatro hijos: Andrea, Susana, Erika y Marcelo, quienes ampliaron la descendencia familiar a seis nietos: Matías, Martina, Cristian, Sebastián (Q.E.P.D.), Paolo y Felipe. En su vida laboral, desde el año 1975 hasta agosto de 1981 se desempeñó como director técnico de Educación de Adultos en la Dirección Local de Educación de Los Lagos y luego, entre septiembre de 1981 y diciembre de 1982 fue director de la Escuela N° 88 de Paillaco, actual Escuela Olegario Morales Oliva. La trayectoria laboral de Reinaldo Edwin Soto Peña continuó en 1983 como director de la Escuela E N° 151 (actual Roberto Ojeda Torres) de Reumén. Y finalmente, desde 2003 hasta el momento de su deceso se desempeñó como director de la Escuela Nueva Aurora de Pichirrropulli, siempre en la comuna de Paillaco. "Era un hombre al cual le encantaba la música, tocaba guitarra y órgano. Nuestra familia siempre ha sido muy aclanada y él se preocupaba de todos. Fue un esposo y padre incondicional, un amigo, que siempre estuvo para los suyos y que transmitió valores sus hijos. Su padre fue zapatero y pastor evangélico en Reumén y de él heredó su origen humilde y de valoración hacia todas las personas por igual", recuerda su familia. Profesionalmente, siempre se preocupó de realizar cursos de perfeccionamiento y mantenerse actualizado, para entregar lo mejor de sí en todos los colegios donde ejerció la docencia y dirigió sus destinos. Los alumnos fueron siempre su preocupación, dentro y fuera de los colegios. Sus hijos consideran a Reinaldo Edwin Soto Peña como "un ejemplo a seguir, un amigo y compañero de vida al cual admiramos cada día, un consejero lleno de paciencia , con mucho amor y juguetón con sus nietos". El cuerpo del profesor normalista Reinaldo Edwin Soto Peña descansa junto al de su nieto Sebastián, en el Cementerio Parque Los Laureles de Valdivia.

1972 fue el año en el cual egresó de la Escuela Normal Camilo Henríquez. Al momento de su partida era director de la Escuela Nueva Aurora de Pichirropulli, en Paillaco.