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ventajas de cada una de las especies. Por un lado, el raulí tiene una madera extraordinaria y muy sana, pero posee una restricción geográfica en cuanto a sus posibilidades de crecer. Crece bien en la Cordillera de Los Andes, desde el sur de Curicó hasta el río Bueno, mientras que en la Cordillera de la Costa su distribución es un poco más segmentada. Sin embargo, no crece bien en el valle central. Por otro lado está el roble, que posee una distribución más amplia, crece en el valle central, comparte el territorio con el raulí y tiene una amplia adaptabilidad al clima y suelo, pero tiene muchos problemas con un insecto que le perfora los primeros metros de altura", dijo.
Considerando esto se pensó que contar con un híbrido con la capacidad de adaptarse del roble y con la madera de la calidad del raulí sería muy beneficioso y se generó el proyecto. Además, Droppelmann contó que se pueden encontrar híbridos de estas especies de manera natural, los que crecen más rápido que las especies puras. La idea es que con el proyecto lo que ocurre naturalmente se pueda hacer de manera controlada, de manera que se pueda contar con lo mejor de ambas especies en una planta.
Fase actual
Actualmente, los investigadores se encuentran en una fase de identificación de los híbridos. En diferentes viveros están viendo las plantas que se están produciendo y seleccionando los híbridos, los que son multiplicados. "Cada planta se forma como una planta madre, a la cual se le puede sacar muchas copias. Todas ellas serán llevadas a ensayos a terreno en distintos lugares de Chile con variadas condiciones, desde la región del Biobío hasta Los Lagos. Luego vamos a medir estos ensayos para determinar cuáles de estos híbridos colectados son los que efectivamente crecen mejor, según el lugar. Es decir, vamos a encontrar los mejores híbridos para las distintas condiciones de crecimiento, pero asegurándonos de que además tengan la madera que estamos buscando", destacó Droppelmann.
Las primeras colecciones de material datan de 2018. Los investigadores desarrollaron un sistema de identificación morfológica de híbridos, acompañado de un análisis de ADN, para ejecutar el proyecto. La fase de multiplicación del material se realiza en viveros y ahora se están preparando las plantas para el establecimiento de ensayos, a partir este año. "Hemos seleccionado más de mil híbridos, pero no podemos llevarlos todos a terreno de una vez, por lo que los llevaremos en grupos", dijo. En los próximos años se seguirán produciendo híbridos y estableciendo ensayos en otras partes del territorio.
Ventajas
El director del proyecto, Fernando Droppelmann, indicó que este material será muy bueno para realizar plantaciones con silvicultura intensiva de especies nativas, ya que se trata de un híbrido natural. "Además, será muy útil para la rehabilitación de bosques nativos degradados. Y por otro lado, los híbridos son muy importantes desde el punto de vista genético. En la medida de que una especie tiene una mayor diversidad genética puede ir evolucionando acorde con las modificaciones ambientales. Esto cumple muy bien con un tema productivo y con el desarrollo futuro frente a condiciones climáticas", indicó.
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2018 comenzaron a ser realizadas las primeras colecciones del material que está siendo usado para generar los híbridos de raulí y roble del proyecto FIA.