Innovación y constitución
La innovación abierta puede ayudar en la elaboración de una nueva Constitución.
Se trata de un proceso colaborativo a través del cual un grupo de personas y/o instituciones buscan resolver un desafío común entre conexiones improbables y diversidad de opiniones. En el caso de la Constitución sería la construcción de lineamientos sobre los cuales nuestra sociedad pueda crecer. Si somos capaces de encauzar la diversidad para resolver ese desafío común aprovechando lo mejor de cada uno en pos de un objetivo superior, ya tenemos un buen comienzo.
Parafraseando a Humberto Maturana, la innovación es una transformación que surge al reflexionar sobre lo que queremos conservar. Para Chile la reflexión ha sido clara, pero insuficiente: hemos reflexionado más en lo que queremos cambiar que en lo que queremos que permanezca. Un ejercicio clave para este nuevo comienzo no trata de eliminar lo negativo sino que de definir cuál es nuestro punto de partida, qué es lo que hemos hecho bien y queremos conservar. Así, cualquiera que postule con un no a algo, ya sabemos que partió mal.
En la innovación abierta el proceso es igual o más importante que el resultado. Los espacios de conversación y co creación entre pares improbables es la máxima expresión de la creatividad, nos lleva a crear momentos en donde nos damos cuenta de que no siempre tenemos la razón y otros tienen mejores respuestas.
Pero no todos pueden innovar. Aquella persona cuyos dogmas no los dejan ver más allá de sus narices y hasta con pruebas concretas no son capaces de cambiar de opinión, no agregan valor a un proceso que requiere pensar distinto para no repetir los mismos resultados. El peor error que podemos cometer, es elegir a alguien que, enarbolando su verdad, tratará de llegar hasta las últimas consecuencias para imponerla sobre otros.
Si utilizamos estas herramientas que nos entrega la innovación abierta para construir un proceso que cambiará la forma en la que nos relacionamos, no sólo comenzará a construir nuestro futuro, sino que nos ayudará a crear una sociedad igualitaria de la que todos podemos ser parte.
Matías Rojas Co-fundador de Socialab
Hidrógeno verde y Constitución
Los primeros pasos para construir un mejor país ya se están dando. Chile firmó un acuerdo con el puerto Rotterdam (Países Bajos), el más grande de Europa, para exportar hidrógeno verde. Con esto, podría convertirse en un referente global en la industria del combustible del futuro.
El acuerdo es parte de la "Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde" del Ministerio de Energía y posiciona a esta industria como un factor clave para el desarrollo económico del país. Es en este punto donde el hidrógeno verde toma un lugar importante en la construcción de la nueva Constitución: es deber del Estado asegurar una rápida transición de energías fósiles a energías limpias, porque no sólo estaremos descarbonizando nuestro territorio, también estaremos poniendo en acción uno de los recursos estratégicos más innovadores en la historia de Chile.
Andrés Carey Abogado
Ley de la marraqueta
Un segundo aire está teniendo la propuesta "Ley de la marraqueta" de la senadora Goic, presentada en su precandidatura presidencial.
La propuesta establece el aporte de un millón de pesos a cada niño al nacer para su jubilación, aporte que rentando un estimado de 4,5% + UF, entregaría una pensión piso en el año 65 de $200.000, según la senadora.
Primero debemos precisar que el cálculo correcto sería de una pensión inferior a $100.000 mensuales a los 65 años, y lo segundo, es que la propuesta pierde una correcta focalización de asignación de recursos escasos a quienes hoy lo necesitan, entregándolos a futuros pensionados que tendrán muchas más oportunidades que los actuales.
Por último, recordar que en la actualidad existe la figura de afiliado voluntario, existiendo más de doscientas mil cuentas vigentes, en donde los padres pueden hacer aportes para la pensión de sus hijos, pero no cuenta con ningún tipo de incentivo o beneficio tributario para masificarla.
Eduardo Jerez Sanhueza eduardo@masprevision.cl
Constituyentes
Son 1.370 personas las que postulan para escribir la Nueva Constitución de Chile, casi 9 candidatos a la Convención por cada escaño.
Los requisitos que todos deben cumplir son tener 18 años cumplidos y no haber sido condenado a penas aflictivas. Poco, si se considera que tendrán la misión de escribir una nueva Carta Magna.
La pregunta es ¿habrán leído completas, entendiéndolas y analizándolas, las constituciones del año 25, del año 33 y la del 80 con todas sus modificaciones a la fecha; cuántos de ellos están verdaderamente preparados para escribir, ni más, ni menos que la Nueva Constitución de Chile?
Luis Enrique Soler Milla lsolermilla@yahoo.es