Salir, pero no volver a lo mismo
Dejar la cuarentena total es buena noticia para Valdivia; pero obliga responsabilidad comunitaria para no retroceder de nuevo. Caminar de una etapa a otra no implica seguridad. Peor aún. Puede crear una sensación de "falsa seguridad"; que traiga peores consecuencias, por relajar prevención.
Una buena noticia es que Valdivia regrese a la etapa de Transición y deje la cuarentena total en que se encuentra desde marzo pasado, con todas las restricciones de movilidad que ello ha implicado y las consecuencias económicas que ha generado para la comunidad.
Desde el lunes se podrá tener libre tránsito en los días de semana, pero confinamiento los sábados, domingos y festivos. La idea es permitir actividades laborales o escolares (voluntarias y con protocolos) con una relativa mayor holgura; pero evitar celebraciones, eventos o reuniones sociales y familiares en fines de semana. El toque de queda, sigue igual.
Con esta decisión anunciada ayer, ahora suman dos las comunas de Los Ríos que han avanzado en el Paso a Paso. Hace pocos días, Los Lagos también dejó la Fase 1, en la cual se mantuvo por tres meses, durante los cuales hubo protestas y manifestaciones de los vecinos que se vieron afectados al no poder trabajar, fundamentalmente.
Desde esa perspectiva, los cambios de fase son positivas y permiten un respiro. Sin embargo, también hay un riesgo asociado, pues tras los confinamientos se puede producir una "explosión" de salidas de las personas, que se traduzca en más contagios en pocos días. Un ejemplo son las largas filas frente a los centros comerciales registradas en el anterior levantamiento de cuarentena en Valdivia. Esa imagen de aglomeración no se debiera repetir ahora y es necesario apelar desde ya a la responsabilidad colectiva; que es la única herramienta real para enfrentar la amenaza que hoy se vive.
Por otra parte, Los Lagos también muestra algunos números que deben alertar y llamar a la prevención en esa zona. Su nivel de tasa de incidencia (total de contagiados por cada cien mil habitantes) sigue alto y llega a 487. Es el tercero mayor de la región, superado solamente por Mariquina con 705 y Máfil, con 812.
Es decir, caminar de una etapa a otra no necesariamente implica seguridad. Peor aún. Puede crear una sensación de "falsa seguridad"; que traiga peores consecuencias, tal como lo señaló ayer el Colegio Médico (ver página 4).
Frente a esta realidad, lo primero es alegrarse por una nueva oportunidad de apertura; pero encender luces de prevención, más altas que nunca.