Expectativas contra el cáncer

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El descubrimiento podría ayudar a conseguir tratamientos más precisos contra el cáncer. Concretamente, impulsaría terapias con virus oncolíticos, es decir, basadas en el uso de estos como vectores genéticos. Estos tratamientos consisten en la introducción de un virus genéticamente modificado directamente en el tumor del paciente, infectando las células cancerosas y dejando ilesas las sanas. En estos casos, la integrina-beta 1 serviría para facilitar la introducción de estos "combatientes".