Muchas de las pancartas y carteles que se leían en las movilizaciones ciudadanas del 18 de octubre tenían relación con expresiones de anhelos y demandas de libertades. Y es que la ciudadanía del siglo XXI, habita el territorio y reflexiona sobre el presente y el futuro a través de un velo diferente a aquella generación que debió ser testigo sometido de la redacción de la actual Constitución.
En el año 1990 terminó la dictadura cívica militar y se transitó hacia un sistema democrático cuyas estructuras y burocracia hoy son duramente criticadas. Los actores sociales de aquel proceso político dotaron el concepto de democracia con elementos que en aquella época fueron en su mayoría consensuados. Pero ese contenido ya no es concordante, o al menos no es suficiente, con la visión de la actual ciudadanía.
La lucha, ejercida por medio del acto sufragista de este fin de semana de mayo, se basa en el imperativo de elegir a aquellos representantes que busquen repensar, reformular y materializar el enfoque de los derechos fundamentales, incorporar aquellos faltantes y asegurar que existan verdaderos mecanismos de protección ante sus eventuales vulneraciones. Por otro lado, estos días se eligen a los nuevos gobernadores regionales, quienes por primera vez en la historia serán definidos por voluntad ciudadana y no por designaciones políticas. Si la democracia es entendida como el "sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo", entonces el acto por medio del cual se ejerce esa soberanía es esencial para lograr concretar las amplias demandas expresadas en las calles. Sin dudas, debemos robustecer la democracia chilena por medio de una participación transversal e informada, que tenga la visión de incidir en los espacios de toma de decisiones por medio del ejercicio de una representación activa. Solo así, la búsqueda de las libertades y la consagración de un Estado de Bienestar realmente comprometido con la calidad de vida de sus habitantes, será una realidad y no una mera quimera.
La decisión de quiénes serán los redactores de la declaración de principios de la sociedad chilena y las futuras autoridades regionales y locales no es baladí. El Chile del siglo XXI no será igual a las décadas anteriores porque las/os ciudadanas/os, sus realidades, sueños y anhelos son distintos.
La lucha por cambiar la sociedad tiene varios caminos; hoy el de las elecciones. La realidad chilena puede empezar a cambiar a partir de trazar una línea en el voto.
"La lucha por cambiar la sociedad tiene varios caminos; hoy el de las elecciones. La realidad chilena puede empezar a cambiar a partir de trazar una línea en el voto..."