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La Red de satélites alrededor de la luna que facilitará su exploración

PROYECTO. La Agencia Espacial Europea se ha dado cinco años como plazo para concretar la idea, que tendrá una fuerte participación de la empresa privada.
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La Agencia Europea del Espacio (ESA) anunció que pretende instalar en un plazo de cinco años una red de satélites permanentes alrededor de la Luna para facilitar su exploración.

La aventura contará con el respaldo de un consorcio de empresas privadas que contribuirá a abaratar los costos, añadió el organismo.

Responsables de la ESA y de los dos consorcios participantes, Surrey Satellite Technology (SSTL) y Telespazio, revelaron algunos detalles de la innovadora iniciativa, denominada "Moonlight", y que aún está en su fase inicial.

Aprovechando que la NASA pretende regresar a la Luna en 2024, junto a la ESA y otros socios, el organismo europeo apoyará a ambos consorcios para que pongan en marcha servicios de telecomunicaciones y navegación alrededor del satélite natural de la Tierra, tanto con fines de exploración humana como comercial.

Misiones propias

El abaratamiento de la exploración lunar gracias a la participación de capital privado permitirá a los miembros de la ESA lanzar sus propias misiones.

"Una relación duradera con la Luna permite una exploración espacial a largo plazo para todos nuestros socios internacionales, incluyendo a las empresas espaciales comerciales", señaló la directora de Telecomunicaciones y de las Aplicaciones Integradas de la ESA, Elódie Viau.

La funcionaria puso el acento en la sustentabilidad del proyecto, atrayendo al capital privado. "Es una oportunidad única para Europa", aseveró.

"Un sistema de telecomunicaciones y de navegación robusto, fiable y eficaz servirá que se realicen las decenas de misiones previstas en la Luna y permita a los pequeños países convertirse en naciones espaciales" por el abaratamiento de costos, resumió.

El director de Exploración Humana y Robótica de la ESA, David Parker, indicó que el proyecto avanza, aunque está todavía en una primera fase. Se presentará en 2022 en el consejo ministerial de los países miembros de la ESA -el organismo rector de la institución- para su aprobación.

La idea, según Parker, es tener el sistema listo en los próximos cinco años. "Seremos, probablemente, los primeros en dedicar satélites a un servicio comercial" desde la Luna, destacó, en alusión al interés de las empresas en la exploración.

Para Paul Verhoef, director de Navegación de la ESA, la experiencia adquirida con el proyecto Galileo -sistema europeo de radionavegación y posicionamiento por satélite- servirá para la construcción de los satélites que orbitarán alrededor de la Luna.

Todos listos

La iniciativa "Moonlight" integra tanto el módulo de comunicación ESPRIT (en asociación con la NASA para facilitar la llegada de astronautas a la Luna) como el proyecto Lunar Pathfinder (servicios de comunicaciones lunares).

Entre otros consorcios, el británico SSTL será tanto el encargado de poner en marcha los servicios como de construir los satélites.

Ese grupo incluye al gigante aeroespacial Airbus, la empresa distribuidora de redes satelitales SES (con sede en Luxemburgo), Kongsberg Satellite Services (Noruega); la estación terrestre de Goonhilly en el Reino Unido; y la firma británica de navegación por satélite GMV-NSL.

El consorcio dirigido por Telespazio, una empresa del grupo italiano Leonardo (67%) y la francesa Thales (33%), incluye a varias compañías del ramo satelital, entre ellas la española Hispasat.

Según el director general de Telespazio, Luigi Pasquali, el consorcio está buscando la "sustentabilidad" de los servicios y las aplicaciones satelitales en la Luna. "Estamos listos para ese gran desafío", concluyó el encargado.

2 consorcios confirmaron su participación en la novedosa iniciativa bautizada Moonlight: Surrey Satellite Technology (SSTL) y

384.400 Telespazio.

Zapatos inteligentes avisan obstáculos a las personas con discapacidad visual

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Unos sensores son capaces de convertir cualquier calzado en "inteligente" y avisar a su usuario, ciego o con problemas de visión, sobre la presencia de obstáculos en su camino y cómo evitarlos.

La compañía Tec-Innovation, en colaboración con la Universidad Técnica de Graz (Austria), ha desarrollado esta innovación que pretende "hacer más segura la vida de personas con problemas visuales". El lema de la empresa es una declaración de intenciones: "Un paso por delante".

El sistema completo incluye un sensor con una luz led, que va situado en la punta de cada uno de los zapatos, y un par de botones en los talones.

Los sensores usan ultrasonidos para detectar los objetos y alertan al usuario mediante vibraciones en el propio calzado o enviando sonidos a través de auriculares.

Alerta temprana

El dispositivo avisa de cualquier obstáculo situado hasta a cuatro metros de distancia, aunque el usuario puede decidir con qué antelación quiere que le adviertan.

Así, por ejemplo, en una calle muy concurrida quien lo use puede optar por recibir las alertas cuando el obstáculo se encuentra a una distancia menor, como un metro.

Todos esos ajustes se pueden hacer desde los propios botones del zapato, o través de una aplicación móvil, necesaria para usar las alertas por sonido.

"Las alertas funcionan como las de los autos: cuanto más te acercas al objeto, el sonido o las vibraciones son más rápidas", explica Kevin Pajestka, fundador de Tec-Innovation.

"Si el zapato derecho detecta el obstáculo, escuchas el sonido por el auricular derecho o sientes la vibración en ese pie, lo que significa que puedes ir hacia la izquierda", complementa.

El sistema cuenta con una función "inteligente" que reconoce cuando el usuario se ha parado frente a un obstáculo -si se queda quieto más de tres segundos- y deja de enviar la alerta, como, por ejemplo, cuando está en una fila.

Finalmente, la luz led está pensada para aquellas personas con visibilidad reducida, ya que se puede encender cuando hay un obstáculo cercano.

Reconocimiento

Para el desarrollo del producto, la compañía testeó los prototipos con uno de los socios de la compañía, Markus Raffer, quien presenta visibilidad reducida.

"La impresión fue muy buena, los clientes incluso querían comprar los prototipos", cuenta Pajestka.

Tras cinco años de trabajo, en septiembre de 2020, "InnoMake" consiguió la aprobación europea que lo reconoce como un dispositivo médico, lo cual le abre las puertas a venderlo en todo el continente.

"Así, nuestros clientes pueden conseguir financiamiento de instituciones públicas o seguros para costear el producto. Al ser un dispositivo médico, la posibilidad de que se lo concedan es muy alta", añade.

El precio del producto completo -el calzado con los sensores- equivale a 3,4 millones de pesos chilenos, mientras que por separado los sensores cuestan 3,5 millones. La adaptación de un par de zapatos para llevar los sensores sale poco más de 350.000 pesos.

Las piezas se venden por separado porque el cliente puede comprar solo los sensores, que se pueden emplear en distintos zapatos, siempre que estén adaptados.

Tec-Innovation ofrece la posibilidad de solicitar de forma gratuita a través de su web un equipo de prueba, pero solo se envía a Europa.

"Hay obstáculos que el sensor no puede detectar, como las escaleras hacia abajo o los agujeros", advierte Pajestka.

Para solventar este problema, la empresa empezó en 2016 a desarrollar una cámara con inteligencia artificial capaz de reconocer un "área segura para pasear".