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ENTREVISTA. jorge vera von vriessen, a 61 años del terremoto de Valdivia y del Riñihuazo:

"A cada minuto, arriesgamos la vida para evitar el gran aluvión"

TRABAJADOR. Valdiviano fue uno de los 450 hombres que aportó Endesa para trabajos que impidieron el desborde del lago Riñihue.
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Juan Carlos Hernández G.

Asegura que es uno de los "Héroes del Riñihue". Mejor dicho, uno de los cerca de 500 hombres que trabajaron en el Riñihuazo, luego del terremoto del 22 de mayo de 1960. Claro que, siendo uno de los pocos sobrevivientes de la magna obra, se siente olvidado. Arrienda una humilde pieza de 3x4 metros en calle Clemente Escobar de Valdivia y sobrevive con una pensión que no supera los 200 mil pesos.

Riñihuazo es el nombre que se dio al aumento de volumen de las aguas del lago Riñihue provocado por el bloqueo del río San Pedro, luego del terremoto de 1960. Un bloqueo provocado por el derrumbe de varios cerros que ocasionaron tres tacos. Era necesario evitar el desborde del lago, canalizando nuevamente su desagüe por el río San Pedro y su continuidad por el Calle Calle y el Valdivia, hacia el Océano Pacífico. El Riñihue se había transformado en un "lago de terremoto".

Luego de dos meses de trabajo, el 24 de junio de 1960 las aguas del lago Riñihue empezaron a fluir río abajo. Los Lagos, Antilhue, Huellelhue y Valdivia se habían salvado. Batallones del Ejército, profesionales y obreros de Endesa, Corfo y el Ministerio de Obras Públicas trabajaron dos meses en el control del vaciado del lago.

El periodista Luis Hernández Parker escribía: "Cuando la pavorosa pesadilla del terremoto haya pasado, se escribirá la epopeya del Riñihue: lo que hizo el hombre, ayudado por la máquina y por la técnica, para impedir la destrucción de una zona de cien mil habitantes, por la acción de las aguas de un lago, que quedaron aprisionadas y que quisieron recuperar su libertad con furia y fuerza homicida y devastadora".

Protagonista

¿Cuál fue su participación en las obras del Riñihuazo?

-En ese tiempo, yo era obrero y trabajaba para Endesa, en la construcción de la central hidroeléctrica de Pullinque, en Panguipulli. Llevábamos 17 días en huelga porque queríamos mejores pagos. Pero ante la emergencia ocurrida en el lago Riñihue después del terremoto, 450 hombres que estábamos en la central fuimos llevados al río San Pedro, donde trabajamos a punta de palas, para abrir curso a las aguas del lago. Las máquinas pesadas, retroexcavadoras, tractores y otras se hundían en el barro, así es que las mandaron a los otros lagos y desvíos de aguas del río. Tuvimos que hacer un canal de dos kilómetros de largo, que fue el nuevo cauce del río San Pedro, una vez que se hizo la voladura del tapón que impedía el curso de las aguas. Los trabajos duraron dos meses, en pleno invierno.

¿Fue una obra peligrosa?

-Sí. A cada minuto arriesgábamos la vida, abajo en medio del barro, para evitar el gran aluvión. Hoy no sé si quedan más hombres vivos, de los que hicimos ese trabajo. Muchos de los compañeros eran de Temuco. Pero me siento orgulloso de haber trabajado en una obra que salvó a los pueblos a orillas del río, especialmente a mi querido Valdivia.

¿Dónde lo sorprendió a usted el terremoto de 1960?

-Estábamos viviendo junto a la construcción de la central de Pullinque y con algunos compañeros habíamos bajado a Panguipulli, a ver el desfile de los marinos. Íbamos de vuelta muy temprano, tipo seis a siete de la mañana cuando sentimos un gran sismo. Nos apuramos para volver, algunos a caballo, nosotros a pie. Llegué a mi casa, le pregunté a mi esposa y dijo que no había pasado nada. Después de almuerzo salí a pescar cerca, al río Huanehue. De repente, empezaron a pasar cientos de pájaros y los animales empezaron a correr desesperados. Estaban como anunciando el terremoto.

Ud. también formó parte de una cooperativa.

-Cuando estaba en Santiago, formamos la Cooperativa de Viviendas y Servicios Habitacionales Lo Ideal, en Maipú. Ahí tuve mi propía casa y para mi familia.

¿Cómo fue su experiencia de trabajo en Venezuela?

-Muy buena. Trabajé entre 1977 y 1988 en la construcción de hornos eléctricos, como capataz en la construcción de dos fábricas en Punta Cardón y en Puerto Ordaz como supervisor en la central hidroeléctrica y como maestro jefe de obras en la remodelación del aeropuerto internacional.

¿Cómo ha vivido la pandemia?

-Encerrado no más y esperando que esto pase pronto .

"Tuvimos que hacer un canal de dos kilómetros de largo, que fue el nuevo cauce del río San Pedro...".

Jorge Vera von Vriessel, Trabajador jubilado.

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en la construcción

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De los Barrios Bajos Jorge Vera von Vriessen nació el 17 de noviembre de 1929 en Valdivia, en el sector de los Barrios Bajos. Sus padres fueron Arturo Vera Jiménez y Julia von Vriessen Oyarzún, pero gran parte de su crianza estuvo a cargo de sus abuelos Eduardo ("era capellán de Ejército, con grado de capitán", recuerda) y Carlota, quienes tuvieron 10 hijas mujeres y él fue el nieto regalón porque su padre Arturo falleció en 1930. Cursó un par de años de educación básica en la Escuela N° 1, pero una vez muerto el abuelo Eduardo, don Jorge tuvo que entrar al mundo del trabajo. Tenía alrededor de 10 años y a los 13 era ayudante de albañil y estucos. Más tarde trabajó en la construcción del Teatro Alcázar y el Hotel Pedro de Valdivia; la central hidroeléctrica Pullinque de Endesa, en Panguipulli; en la Central Rapel; en el Liceo de Niñas de Osorno; en el Fundo el Roble; en la reconstrucción de la cárcel de Osorno; en la construcción de viviendas en Melipilla y Maipú. Incluso, entre 1977 y 1988 desempeñó varios oficios en Venezuela. Casado con Rosa Maldonado Igor, fueron padres de cinco hijos, cuatro de los cuales están vivos.

Memoria del terremoto

Dirección Museológica Uach.
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El terremoto, tsunami y Riñihuazo de 1960, es el evento sísmico de mayor energía descrito en la historia de la humanidad. Múltiples registros y una copiosa cobertura de los medios reflejan con detalle la destrucción de las ciudades y dan cuenta de los numerosos gestos de solidaridad locales e internacionales.

El terremoto significó un cambio de rumbo para Valdivia, para transformar una ciudad industrial en una universitaria; un cambio del paisaje y dio origen a un patrimonio cultural vivo presente en los vestigios que aún observamos y en la memoria de muchos vecinos y familiares.

El terremoto de 1960 ha dado también espacio a un patrimonio de la resiliencia.

El Campus de los Museos surge de las ruinas de la Cervecería Anwandter, y las ruinas industriales hoy se reconvierten en espacios que resguardan el patrimonio cultural de la región.

La Dirección Museológica Uach, se hizo parte de la conmemoración de los 60 años del terremoto, realizando viajealepicentro.cl, una plataforma digital que operó como una galería digital para exponer registros fotográficos y testimonios del terremoto en los barrios.

La Cervecería Kunstmann y la Universidad Austral de Chile, suscribieron un convenio para dar inicio al proyecto de creación del Museo del Terremoto de 1960, y con ello, disponer de un espacio que refleje el evento sísmico, desde una mirada interdisciplinaria, con un enfoque de respeto y homenaje a las víctimas y con una mirada de futuro a la ciudad reconstruida. En la consulta en línea realizada en el marco del anteproyecto una vecina señaló a propósito de esta iniciativa: "Soy nacida el 22 de mayo de 1960, el día del terremoto, y sería una de las ciudadanas más feliz de Valdivia".

Este sería un espacio para educar para la prevención, también para valorizar y reconocer la resiliencia de nuestros actuales adultos mayores, que son guardadores de una memoria y al mismo tiempo, son los responsables de haber erigido nuevamente las ciudades y barrios actuales.

Marcelo

Godoy