Acelerar el paso
Con la actual crisis sanitaria, económica y social, la Agenda 2030 muestra un retroceso de al menos 10 años, especialmente en cuanto a pobreza, empleo, salud, educación y reducción de las desigualdades.
En Chile, parte del mundo empresarial ha tomado conciencia de su rol clave, implementando estrategias que contribuyan a la construcción de una sociedad más justa y sostenible.
Sin embargo, para avanzar hacia el Desarrollo Sostenible es fundamental cimentar las bases, recuperando las confianzas en las instituciones, a través de un accionar efectivo, ético y trasparente de estas, y la confianza en el mundo empresarial, a través de un compromiso sólido de este con la sociedad.
Aquí, los líderes empresariales tienen un rol fundamental, ya que la pandemia nos ha hecho reflexionar a todos sobre el mundo que idealmente queremos construir y legar a las futuras generaciones, y esa es una tarea mayor.
Cada una de las diversas visiones, en las ideas, en la gestión y sobre todo en una relación de colaboración con los gobiernos, la sociedad civil y la academia, se deben fusionar de modo de sumar conocimiento y ponerlo al servicio de la sociedad, dejando de lado intereses particulares, aspirando al bien común.
Debemos, eso sí, entender que hay que acelerar el paso, expandir la toma de mayor conciencia, extender y ampliar el diálogo, e impulsar la acción. Es necesario ser capaces de lograr que tanto las grandes empresas como las pymes, comprendan que el tema de sostenibilidad no tiene que ver con más tiempo y más recursos, si no con la decisión de situarlo en el centro de la estrategia y entender que, en lugar de ser una carga, hace a la empresa más competitiva e innovadora.
Sabemos que muchas organizaciones están convencidas que la sostenibilidad es un eje clave que debe continuar iluminando sus acciones en estos tiempos complejos, pero el mensaje debe amplificarse y el ritmo de avance debe acelerarse.
Margarita Ducci Dir. Ej. Pacto Global Chile, ONU
Ambición y codicia
Es urgente hoy, comprender dónde acaban nuestras necesidades y dónde se inicia la codicia. Podremos establecer así los cimientos para una correcta forma de actuar y de pensar.
Existe ambición en aquel que desea figurar, "trepar", incluso en el anacoreta que desea "alcanzar el cielo" y liberarse de este "valle de lágrimas", sostiene Ouspenky (1997).
Existen ambiciones terrenales y espirituales; muchas veces con máscaras de desinterés y/o sacrificio.
A nuestro "ego" le encanta esconder la ambición dentro de múltiples repliegues de la conciencia. ¿Cuántas veces hemos escuchados? "no ambiciono nada", "amo a mis semejantes", "trabajo por ayudar a los demás". (...) La codicia y la ambición son el resorte secreto de la "maquinaria social" en los tiempos que corren y que mueven nuestro "espíritu consumista".
Confundimos "creced y multiplicaos" con "consumid y multiplicaos". Parece que nuestra arquitectura cognitiva se mueve más en esto, que en nuestra "interioridad espiritual". Trabaja siempre en función del más, como decía P. Escobar, en el mundo del narcotráfico, "todo lo peligroso se convierte en dinero".
Si trabajamos a disgusto y por ambición, (no coincidiendo con la vocación) nos transformamos en una "personalidad Kalkiana" motor que dirige la ambición y la codicia con egolatría, narcisismo, e indolencia, en lugar de la honradez, transparencia, empatía, solidaridad, y compasión: "en la cadencia del verso se esconde el delito", escribió el D. Lama.
Omer Silva Villena osilvaville@gmail.com
A defender nuestros ahorros
Que no hemos hecho la pega está claro; desde el General hasta el actual Presidente.
Tengo 68 años, 45 de imposiciones sin lagunas, mes a mes ahorrando en APV (Ahorro Previsional Voluntario), todo esto en una AFP que ha invertido exitosamente mis ahorros, lo que me permitirá tener una vejez tranquila con una tasa de reemplazo de un 72% respecto a mis últimos sueldos, la cual sería muy superior si las tablas de expectativas de vida no perjudicaran a las mujeres.
Invito a todos los que, horrorizados, ven cómo se destruye nuestro sistema previsional a defenderlo, independientemente de que retiren sus ahorros previsionales por temor a la expropiación, pues nuestro ahorro previsional debe quedar en manos de quien lo ha hecho muy bien.
Enrostrémosle a todos nuestros honorables que en 30 años no han hecho la pega, por lo que no vengan ahora a rasgar vestiduras.
Necesitamos que nuestro congreso legisle respetando nuestra Constitución, con una reforma previsional que aumente la edad de pensión, que suba la tasa de cotización con propiedad sobre ella, y dando solución a lagunas previsionales.
Por último, que se mejore el pilar solidario con cargo al Estado y no a costa de nuestras cotizaciones, y como en pedir no hay engaño, ver la manera de premiar el ahorro cuando se trata de las mujeres.
Ximena Ramírez Chamorro ramirezc@uc.cl