Situaciones que dañan la vida diaria
En los barrios hay problemas graves que los vecinos identifican: desde presencia de perros vagos, a venta de droga en las calles.
Los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc), dados a conocer hace pocos días, señalan una baja nacional en la victimización en los hogares. Para Los Ríos marca un 16,7% y un 13,7% de "revictimización" (sufrir un delito más de una vez) y ambas cifras están lejos de los promedios nacionales de 19,2% y 21,5%.
Estos datos han sido ampliamente comentados, pero hay otros en la misma Enusc que se visibilizan menos, pero hablan de la calidad de vida en los barrios y los entornos cercanos de las personas. Ellos miden percepción de delito y las llamadas "incivilidades" que afectan la realidad cotidiana, como falta de higiene y problemas de convivencia, por ejemplo.
En ese análisis, la región marca una alta preocupación por la presencia de perros vagos en las cercanías de las viviendas. Es una inquietud presente en un 25% de los hogares encuestados; más bajo que el índice nacional (26,9%); pero superior a La Araucanía y Los Lagos, con 24% cada una. Pero hay otras áreas más oscuras en las que Los Ríos también supera tristemente a sus dos vecinas inmediatas: una es la percepción de prostitución: se señala un 0,7%; mientras que La Araucanía reconoce 0,2% y Los Lagos, 0,4%.
También es mayor en consumo de alcohol y drogas en el entorno ciudadano. Acá es 13,8%; en La Araucanía, 13,6% y Los Lagos, 11,8%. Todas bajo el país, 21,3%. Este antecedente puede estar vinculado a otro inquietante: las peleas con armas de fuego en las poblaciones son percibidas como problema presente por 2,3% de los encuestados locales; mientras en La Araucanía llega a 1,4% y en Los Lagos a 1,5%, (nacional 4,8%).Refuerza esos datos el índice que mide la de ventas de drogas en las calles. Un 8,6% local; en La Araucanía, 5,8% y en Los Lagos, 4,6%.
Estas situaciones, además de la connotación policial que tienen y que deben ser tratadas como delitos, sin duda que afectan la calidad de vida de las familias y dañan su capacidad de disfrutar del espacio público que su lugar inmediato les entrega. Si hay narcotráfico anunciándose con fuegos artificiales; si hay agresiones y recorridos de automóviles sospechosos ¿quién puede salir de su casa o criar a sus hijos e hijas con tranquilidad? Sin duda que los números son "bajos" aún; pero señalan una realidad preocupante.