Otro capítulo para la Feria Central
Cuarenta años de anuncios y promesas suma el proyecto para crear un recinto fijo de venta de productos frescos en Valdivia. Este mes ha sido adjudicado un estudio de prefactibilidad. Cuando se termine, lo entregarán a la municipalidad para un proyecto y optar a fondos FNDR.
Un nuevo capítulo de la larga historia de la Feria Central de Valdivia ha comenzado a escribirse este mes. Desde el Gobierno Regional informaron la adjudicación de un estudio de prefactibilidad, el cual se desarrollará durante 400 días y en cinco etapas, a cargo de la empresa consultora Dupla Austral (Puerto Varas), con una inversión de casi $100 millones.
El anuncio del respectivo llamado a licitación se hizo en agosto de 2019, con difusión masiva y asignación de $140 millones. Demoró el resultado, pero ahora sí está listo. Y esa es una noticia buena, pues se activarán consultas con los locatarios de las ferias itinerantes; verán los posibles terrenos y la generación de acuerdos sobre la mejor opción para el proyecto.
El análisis tiene como unidad responsable a la seremi de Vivienda y, cuando finalice, lo entregarán a la municipalidad de Valdivia, para postule a fondos regionales (FNDR) para su posible materialización.
Ejercicios similares hubo antes. En los años ochenta se habilitó el Parque Municipal; en los noventa se asignó un terreno en Avenida Francia con Schneider; en 2003 y 2008 dos proyectos municipales fueron desestimados por las administraciones regionales; en 2010 la idea fue sumada a la del Parque Catrico. Luego se reunieron más de 20 mil firmas de vecinos para sensibilizar a las autoridades y en 2015 los mismos comerciantes empezaron a desarrollar un Plan Estratégico de la Feria Libre de Valdivia, que sugería usar calle Nueva San Luis. En 2017, una propuesta estuvo con RS y asignación de presupuesto para 2019; pero se perdió -otra vez- en largo recorrido de esta iniciativa.
Ahora se escribe otro relato. Pero éste debe indagar aristas actuales; incluso abrirse a la idea a un plan diferente al original y soñar más de un recinto techado para abastecimiento de productos frescos, atendiendo al crecimiento urbano de la ciudad. En rigor, Valdivia ya no es la misma de hace 40 años y quizás hoy no baste con un lugar centralizado.
Al margen de lo anterior, se mantiene la necesidad de un espacio confortable para vendedores y clientes. Es de esperar que se convierta en realidad y ya no siga solamente apareciendo en discursos de campaña y promesas electorales. No de nuevo.