En tiempos normales, los ciudadanos suelen involucrarse muy poco en la política. Generalmente su participación se limita a votar en las elecciones. La razón es que las personas sienten que el cambio de autoridades políticas no significa una transformación en su vida diaria. Y eso es normalmente una realidad en los países donde incluso un cambio entre partidos de derecha e izquierda no significa una modificación completa del sistema político y económico. Esto fue así en Chile en los últimos cuarenta años, donde nuestro modelo de desarrollo se modificó dentro de ciertos marcos establecidos, independientemente de la postura política de los habitantes de La Moneda. La pregunta es si hoy en Chile vivimos tiempos normales.Es evidente después de octubre de 2019 y de los resultados de las últimas elecciones que los chilenos quieren realizarle cambios profundos a nuestro modelo de desarrollo. La pregunta es sin embargo, si queremos tomar un rumbo totalmente distinto o preferimos construir sobre el Chile que tenemos. Podemos establecer que desde el mundo político hay tres respuestas a esta pregunta. Lo paradójico es que tanto la centro derecha como la centro izquierda, con énfasis distintos, plantean seguir avanzando desde el Chile que tenemos, pero ha surgido un fuerte movimiento de la izquierda radical que plantea tomar un camino completamente distinto proponiendo ideas como el control del contenido de los medios de comunicación y la restricción del derecho de propiedad. s en estos momentos históricos cuando los países deciden entre dos opciones tan distintas, cuando los ciudadanos no deben desentenderse de las definiciones políticas, porque las consecuencias de esa decisión sí va a afectar directamente su vida diaria. En las últimas elecciones parte importante del electorado optó por quedarse en su casa. No obstante, la decisión que tomaremos para la presidencial es tan crucial que todos los ciudadanos debemos asumir nuestra responsabilidad.La definición por el futuro de Chile no se juega en noviembre, sino que se comienza a cristalizar en las primarias presidenciales de este mes. Dos son las opciones en competencia... estamos parados en una bifurcación. El llamado es a aquellos que creen en la democracia, la libertad, emprendimiento, a no quedarse en casa. Este 18 de julio debemos decidir si tomamos el camino del desarrollo o transitamos por la misma ruta que ha llevado a tantos países latinoamericanos al fracaso. No se trata entonces de votar solo por un candidato que me represente, sino sobre todo por quien tenga chances reales de ganarle al comunismo.
"Este 18 de julio debemos decidir si tomamos el camino del desarrollo
o transitamos por la misma ruta que ha llevado a tantos países latinoamericanos al fracaso..."