Reapertura de las áreas protegidas
Parques, reservas y el Santuario pueden ser visitados desde el 15 de julio, sin importar la fase de la comuna en que se encuentran. Quienes visiten los recintos naturales deben tener especial cuidado con el manejo de mascarillas y guantes, desechos que pueden causar mucho daño.
El 27 de julio de 1981 el Humedal del Río Cruces y Chorocamayo fue el primer lugar de Chile reconocido como sitio RAMSAR (protegido de acuerdo a la Convención Internacional de 1971 firmada en Irán), en atención a su rica biodiversidad. Un mes antes, el 3 de junio, el Ministerio de Educación, que en esa época veía los temas de patrimonio ambiental, lo había nombrado como Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter.
Mañana habrá una ceremonia para conmemorar los 40 años de esos hitos, que este 2021 también coinciden con la reciente autorización de reapertura de las áreas silvestres protegidas para los recorridos turísticos y las visitas; algo que se había hecho intermitente o prácticamente imposible en la mayor parte de los meses de pandemia.
De acuerdo a lo informado por Conaf (Corporación Nacional Forestal), el Santuario reabrió para la comunidad desde el 15 de julio sin más restricciones que el aforo y el horario de 9 a 16.30 horas. Lo mismo rige para el Parque Nacional Alerce Costero (accesos El Mirador y La Romaza, por la comuna de La Unión; Chaihuín y Catrilelfu, por Corral); el Parque Nacional Villarrica (acceso sur por Los Cajones) y la Reserva Nacional Mocho Choshuenco (acceso río Blanco). A ellos se suman los parques urbanos como el de la Saval y El Bosque, en Valdivia.
La autorización de accesos se logró gracias a los cambios en el Plan Paso a Paso; rige para todas las comunas sin importar la fase en que estén y permite entrada de personas con pase de movilidad; es decir, que tengan completo el esquema de vacunación, con dos dosis. Por supuesto, está la exigencia de medidas sanitarias como uso de cubrebocas y distancia social.
Volver a las áreas silvestres y al Santuario del río Cruces es una buena noticia; pero no se debe olvidar que ella va de la mano con la protección del entorno. Ahora se requiere, por ejemplo, reforzar la conciencia con el manejo de desperdicios y, a la ya internalizada prohibición de botar basuras generales, se debe agregar el cuidado con mascarillas y guantes, elementos especialmente dañinos para los entornos naturales, pues no son reciclables, ni degradables. Es decir, la responsabilidad individual y la colectiva se vuelven aún más necesarias.