Como un gran "paraguas" para protegerá y desarrollar diferentes áreas de la economía de Los Ríos, fue definida desde el comienzo de su proceso de elaboración la Política Regional de Fomento Productivo. Tal denominación coloquial obedecía a plantearla como un instrumento orientador, el cual debe velar porque las decisiones públicas en diversos ámbitos converjan hacia una ruta común y de largo plazo.

Las temáticas distintas que debieran coincidir son las contenidas en los ejes de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD): construir un territorio integrado y sustentable; potenciar asociatividad y formar capital humano. Y desde ellas se desprenden tareas como apoyo a sectores silvoagropecuario, pesca, turismo, ciencia, emprendimiento e innovación, entre otros.

Ahora la Política está lista. Fue presentada este jueves y deberá cumplir con esa función guía prevista hace dos años, cuando se inició su preparación por encargo del Gobierno Regional y con el trabajo técnico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral.

Su vigencia formal será hasta 2026, pero la proyección mira hacia 2030 y considera una activa participación público-privada, o gobernanza, para el control de su eficacia; junto con inversiones por más de 18 mil millones de pesos, si es que se aplican todas las propuestas contenidas en ella. Además de lo anterior, se trata de un potente instrumento que apunta hacia la descentralización.

Así vista, por supuesto que hay razones para tener optimismo y confianza en una planificación adecuada para construir "la región que queremos", como tantas veces se ha señalado al analizar el rumbo local. Por lo mismo, deberán hacerse coincidentes sus contenidos con los de la ERD -cuyo plazo venció en 2019 y ahora se encuentra en renovación- como con los de las otras Políticas Regionales, igualmente necesitadas de nuevas versiones, porque surgieron hace más de una década.

En un territorio donde la lluvia es constante, claramente que un "paraguas" asegura algún grado de resguardo para caminar sin contratiempos; pero no se debe olvidar que, a veces, el viento sopla con demasiada fuerza y el temporal vence. Para esos momentos hay que estar preparados, también.

El mercado laboral, ha sido, sin lugar a dudas, una de las áreas más golpeadas producto de la pandemia del Covid-19 en Chile, dejando al descubierto una preocupante realidad en lo que a empleo femenino se refiere.

En ese sentido, ya en 2020 desde Comunidad Mujer se advertía sobre esta realidad, explicando que, a la pérdida del empleo femenino en cifras cercanas a los 900 mil puestos de trabajo, se sumaba que el 88% de ellas ha optado por no retornar al mercado laboral, provocando una caída de la participación femenina en este ámbito, que sólo se puede comparar a las cifras que veíamos en el año 2010. Significando esto, una caída de una década en lo que a igualdad de género en el mercado laboral se refiere.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en su boletín de Género y Empleo publicado en marzo del presente año, ha confirmado esta realidad, manifestando que "en el trimestre octubre-diciembre de 2020, un 33,9% de las mujeres declararon como razón principal para no participar en el mercado laboral, razones familiares permanentes, es decir, tener que realizar trabajo doméstico y de cuidados no remunerados en sus hogares. En cambio, para los hombres la principal razón es estar estudiando, con un 38,4%.".

Asimismo, el Banco Central y la Comisión de Hacienda del Senado, recientemente analizaron esta realidad, y los efectos que la baja participación femenina puede provocar en la economía del país, dando cuenta que la velocidad y la forma en que las mujeres se reincorporen al mercado laboral será clave para la recuperación económica.

Desde dicha perspectiva, el presidente del Banco Central, Mario Marcel, también advierte que los hogares con mayor alza de la pobreza, según encuesta Casen, son encabezados por mujeres, a lo que se suma que más del 60% de los afiliados que no tienen fondos en su AFP también son mujeres.

Frente a este escenario, debemos poner nuestra mirada en la fuerza laboral femenina para recuperarla y reconvertirla, generando un diálogo, que tenga por objetivo abordar esta preocupante realidad, por medio de instrumentos e incentivos, que permitan un rápido retorno de las mujeres al mercado laboral, y con ello continúen aportando, desde este importante ámbito, al desarrollo de Chile, sus regiones y su familia.

Laura Bertolotto Navarrete Rectora Santo Tomás Valdivia