Desde 2016, Chile tiene un Plan Nacional de Educación Técnico Profesional, que incluye propuestas hasta 2030. Entre ellas destacan la formación de profesores especializados, la conexión de la enseñanza media con la superior, la acreditación de carreras, formación continua de jóvenes y adultos, además de fortalecer competencias laborales acordes a las realidades económicas de cada región.

Otro punto que sugiere el Plan es realizar actividades que mejoren la valoración social de la Formación Técnico-Profesional (FTP), que pongan en evidencia sus múltiples características positivas y también releven su aporte para el desarrollo nacional.

En ese contexto es que resulta importante la celebración del Día de la Educación TP, que se realiza cada 26 de agosto en recuerdo de la creación de la Dirección General de Enseñanza Profesional, ordenada por el Presidente Juan Antonio Ríos en 1942 para regularizar y reconocer formalmente el aprendizaje de artes y oficios, incluyendo a las mujeres de manera especial.

En la región este año hubo distintas actividades para conmemorar. La central fue encabezada por la seremi Bárbara Agüero, pero también se realizaron otras impulsadas desde los mismos establecimientos, como el Certamen de Debate efectuado por el Liceo Bicentenario Instituto Comercial de Valdivia, orientado a potenciar las distintas capacidades de expresión oral y las habilidades blandas de los y las estudiantes.

Sin duda que esas iniciativas abren una ventana hacia un área que es mayor. Actualmente un 45% de todos los estudiantes de tercero y cuarto medio en Chile asisten a establecimientos ETP y cursan alguna de las 46 especialidades definidas y aprobadas desde el Ministerio de Educación, las cuales abarcan diferentes ámbitos relacionados con la salud, educación, cuidado, turismo, gastronomía, programación, administración, comercio, agricultura e innovación, entre otras.

Por todo lo anterior es importante mirar hacia la ETP y generar las condiciones para su desarrollo. Sobre todo, pensando que en Los Ríos hay casi 16 mil jóvenes que se preparan en alguno de los 35 liceos ETP, los cinco Institutos Profesionales y los 8 Centros de Formación Técnica en funcionamiento local.

Hace un par de semanas, las instituciones de educación superior hemos dado inicio al segundo semestre académico, el que estará marcado por el retorno seguro de los estudiantes a las aulas y laboratorios.

Esto, sin duda es una gran noticia, la que de forma lógica esta acompañada de manera paralela por los buenos indicadores en materia de disminución del COVID-19.

Frente a este positivo escenario, resulta relevante abordar y destacar la importancia de los campos clínicos, tan necesarios para que los futuros profesionales puedan fortalecer sus conocimientos.

En este sentido, debemos recordar que durante 2020 el área de salud fue la que redujo en mayor medida los cupos disponibles para prácticas.

No obstante, y en el caso de Santo Tomás, gracias una serie de disposiciones, contenidas en el protocolo elaborado por la Facultad de Salud, asociadas y guiadas por el Ministerio de Salud, podemos señalar que en 2020 más de 170 estudiantes, entre ellos 66 alumnos de carreras de la UST, y 105 del CFT en Valdivia, pudieron efectuar sus prácticas clínicas.

Desde dicha perspectiva, muchos de nuestros estudiantes vivieron en 2020 y el primer semestre de este año, junto a los demás equipos de salud, en la primera línea lo que significa hacer frente a esta pandemia, y durante estos meses han sido parte de los equipos de vacunación, lo que es una gran experiencia para su futuro profesional y humano. Por otra parte, los alumnos que debieron adoptar la tele rehabilitación, descubrieron nuevas competencias y habilidades a desarrollar, donde el uso de las herramientas tecnológicas es clave, especialmente para los futuros kinesiólogos.

De esta forma, parte de nuestros estudiantes ha tenido la oportunidad de irse formando en una época de crisis, siendo este un aprendizaje vital para quienes en los próximos años serán los profesionales y técnicos de nuestros equipos de salud pública y privada. Todo lo descrito anteriormente, nos demuestra la importancia que tiene para los estudiantes, las instituciones de educación superior, y la comunidad en general, la labor docente-asistencial que se desarrolla con los distintos campos clínicos.

Es por ello, que estamos a la espera de una mayor apertura de los campos clínicos, ya que las prácticas y los internados son fundamentales para que los estudiantes se conviertan en técnicos y profesionales de excelencia, para la región, el país y el mundo.

Laura Bertolotto Navarrete

Rectora Santo Tomás Valdivia