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Lautaro Hodges Soto: Un masón en el "centro de la vida"

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El pasado viernes 17 de septiembre falleció en la ciudad de Valdivia el reconocido miembro de la Masonería regional, Lautaro Hodges Soto, quien fuera también en una época militante del Partido Radical de Chile, de profesión profesor de enseñanza básica y respetado promotor y corredor de seguros en su quehacer comercial. Quienes lo conocieron y compartieron con él, afirman que siempre se mostró como una persona humanista, laicista, tolerante, amigo de todos los virtuosos y bien intencionados, comprometido plenamente en sus causas. Citaba con frecuencia y hacia suya en sus conductas, una frase del que fuera Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, e histórico pastor presbiteriano, Horacio González Contesse: "el Masón debe estar siempre en el centro de la vida y no a su margen". Este concepto se extendía en todos los aspectos: lo familiar, lo cotidiano y laboral, en su actividad institucional masónica. Lautaro Hodges nació en Valdivia el 23 de julio de 1936, se formó como profesor de enseñanza básica en el espíritu de los recordados normalistas y siempre en sus expresiones motivaba y aportaba ideas formadoras. Educaba. En un período de su dinámica existencia, participó intensamente en la política contingente, como militante del Partido Radical de Chile, asumiendo sus responsabilidades hasta las últimas consecuencias. En esa línea, fue gobernador de Panguipulli durante el gobierno de Salvador Allende Gossens. Luego del 11 de septiembre de 1973, fue detenido político y como tal estuvo en la cárcel de la Isla Teja. Solía hacer recuerdos de esa experiencia más que con sentido trágico y realista, con humor, pues en sus convicciones espirituales el hombre está constantemente caminando entre los extremos blancos y negros de la vida y debe regular su existencia. En la última etapa de su transcurrir vital, estuvo concentrado con enormes energías en el quehacer de su entidad filosófica-espiritual-laicista. Formado en la Logia "Valdivia" N°108 (ingresó en 1966), estuvo un largo período altamente creativo en la Logia "Luz y Trabajo" N°32 (1977-2000), para luego, ser fundador de la Logia "Alquimia" N°155. Siendo parte, luego, de la llamada Masonería Escocesa o Capitular, alcanzó el Grado XXXIII y último del rito escocés antiguo y aceptado; desempeñando cargos de la más alta representación en el sur de Chile hasta su último día. Quienes le conocieron, sabían de su energía desbordante, de una capacidad de acometer toda iniciativa y llevarla al éxito, liderando y convocando. Podía ser altamente exigente en ocasiones, pero detrás de lo que a ratos parecía dureza, estaba un ser humano fraterno y especialmente franco, sin dobleces, sincero, con un sentido de las cosas más allá de lo ordinario. Ahora viene para él, silencio, y especialmente el Recuerdo permanente de su familia y de quienes le conocieron y apreciaron. Ya Decora el Oriente Eterno, viaja por lugares nuevos y que le eran desconocidos hasta ahora. Conociéndolo, no hubiera querido apologías, sino que realizaciones y ejemplos de aproximación a lo mejor de la humanidad, en una preocupación para la cual la muerte es apenas un armisticio; una realidad en la que él siempre estuvo orbitando.

1966 Fue el año en que Lautaro Hodges ingresó a la masonería, específicamente a la Logia "Valdivia". Luego estuvo en "Luz y Trabajo" y por último fundó la "Alquimia" N°155.

"La fe de los pequeños"

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El evangelio de este domingo (Mc 9,38-43.45.47-48) relata por una parte la reacción de los discípulos frente a un hombre que libera a los endemoniados en nombre de Jesús, pero que no está con ellos, y por otra parte el escándalo en la fe de los pequeños.

"Este hombre no viene con nosotros" es la justificación de los discípulos para pedirle a Jesús que le prohiba seguir actuando al hombre que actúa en nombre de Jesús. Es la tentación del creernos poseedores de la verdad, y de la cerrazón en nuestros propios grupos, movimientos o iglesias. Jesús enseña a sus discípulos que todo aquel que hace el bien a los demás está con él, porque Jesús está a favor de la humanidad y de liberarla de todo lo que la oprime. No veamos como adversarios a aquellos que trabajan por el bien y la dignidad de las personas y por la paz en el mundo, más bien debemos trabajar unidos, aportando desde nuestra fe. El Señor no nos quiere sectarios y cerrados con los demás.

La segunda parte habla del escándalo que se provoca a los pequeños, que aquí tiene relación no sólo a los niños, sino a los discípulos que tienen fe en Jesús ("estos pequeños que creen en mí"); el término "escándalo", aquí no es entendido como ahora, es decir, un acontecimiento que causa revuelo público, sino el peligro interno que corre la persona que se le escandaliza el daño que se le provoca, o sea, es aún más fuerte y doloroso. Escándalo es tropiezo, trampa en el camino de salvación de una persona, es cerrarle el paso a la Vida y al Reino de Dios. El daño que se produce a las personas, especialmente a los pequeños, en su caminar en la vida y en su fe por el escándalo, tiene un juicio durísimo por parte de Jesús: "más vale que le coloquen una piedra al cuello y lo echen al mar".