Tan solo tres meses de vigencia le queda a la normativa de la Ley de Servicios Básicos que, de manera excepcional, dispuso medidas en favor de los usuarios de servicios sanitarios, de electricidad y gas de red, asegurando la continuidad del suministro y la suscripción de planes de pago para quienes no pudieran cumplir con sus cuentas debido a los efectos de la pandemia de covid-19.

Este sin duda será un problema que afectará a muchas familias de Los Ríos y de todas las regiones, ya que en el fondo el endeudamiento que ha provocado la cesantía o la falta de ingresos se ha ido acumulando en el tiempo y a esta altura puede perfectamente trans- formarse en un compromiso casi impagable.

A mediados de 2020, el Gobierno llegó a un acuerdo con las empresas distribuidoras para no interrumpir el suministro en los casos de morosidad. En ese momento, la iniciativa no representaba una condonación, ya que luego debería repartirse lo postergado en doce meses, lo cual significará un aumento en las cuentas futuras de los usuarios, durante el periodo más difícil de la crisis sanitaria, social y económica. Inicialmente, la medida estaría vigente mientras durara el Estado de Excepción, pero con el último aplazamiento se acordó prorrogarla hasta fin de año.

Tomando esto en cuenta, varias son las autoridades, entre ellas algunos jefes comunales, que han alertado que esto generará dificultades evidentes y son muchos los hogares cuya deuda es grande.

Lo peor es que hace sólo unos días la presidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess), Jessica López, recordó que dada la vital importancia del agua en la pandemia, las empresas han mantenido el suministro para sus clientes, aunque alertó que si bien no han aumentado sustancialmente los morosos, sí lo han hecho los montos que han acumulado esas familias.

"Esto es algo que pensamos que iba a durar tres o seis meses. Sin embargo, ya llevamos un año y medio o a lo mejor llegamos a los dos años y, por lo tanto, tenemos que pensar en una solución pronta", sostuvo la ejecutiva, junto con reiterar la disponibilidad para conversar con el Ejecutivo y ver alternativas.

Lo importante es que sea cual sea la negociación y quienes intervengan en ella, ésta se realice con suficiente anticipación y pensando en los involucrados.

¿Quién no ha escuchado la frase "es un estilo de vida"? Así se ha catalogado por mucho tiempo el vivir en la ruralidad. La vida de campo, tan anhelada y deseada por desarrollarse en un ambiente limpio, rodeado de naturaleza, en contacto directo con la tierra, sin smog ni tacos vehiculares, ha sido el sostén para que muchos, a pesar de los vaivenes del negocio, hayamos alguna vez apelado al "pero es un estilo de vida" para seguir adelante. Sin embargo, todo esto parece ya no ser suficiente.

Desde hace bastante tiempo hemos sido testigos de un incremento sostenido en la delincuencia rural, que ha ejecutado actos desalmados para generar miedo y terror en la población, tanto urbana como rural. También hemos visto cómo ha aumentado la violencia, dirigiendo su objetivo desde sólo bienes materiales hasta afectar directamente a las personas, teniendo que lamentar varias muertes.

Cuando escuchábamos de terrorismo o delincuencia rural, pensábamos en la Araucanía, y en lo difícil que se había vuelto trabajar, vivir o simplemente circular por ciertas zonas. Sin embargo, el 02 de octubre de 2021, lo vivimos en carne propia. Ocurría una nueva usurpación en la Provincia de Valdivia, para lo cual se solicitó presencia policial. Nadie presagiaba el nivel de violencia al que se exponían nuestros Carabineros. Una emboscada con varios heridos, algunos de suma gravedad.

Es así como llegó el terror a la región. Terror que no afecta sólo a los agricultores, sino también a todas las familias que viven y trabajan en el campo, y que ahora se desplazan o huyen de éste por miedo a ser víctimas de esta delincuencia cobarde. Cuesta volver a recorrer el campo, trabajar o simplemente circular con tranquilidad. Lamentablemente, la paz de vivir en la ruralidad se ha perdido, se ha perdido un estilo de vida.

Hacemos un llamado a toda la comunidad, de los sectores urbano y rural, a repudiar estos actos y a unirnos para mantener una región tranquila, libre, sin terrorismo ni delincuencia. Para poder vivir sin temor, para trabajar y aportar a nuestro país.

Andrés Cox Leixelard Director SAVAL FG