Correo
77 años del Hogar de Cristo
Fue la gélida noche del 18 de octubre de 1944, cuando Alberto Hurtado experimentó la epifanía que consolidó el evidente sesgo social de su vocación sacerdotal. Esa noche vio en la figura de "un pobre hombre, con una amigdalitis aguda, tiritando, en mangas de camisa, que no tenía dónde guarecerse" a Cristo.
Esa convicción lo llevó a reflexionar frente a un centenar de mujeres pudientes que se habían reunido en la sede del Apostolado Popular de calle Lord Cochrane en Santiago, a quienes dijo "Cristo vaga por nuestras calles en la persona de tantos pobres dolientes, enfermos, desalojados de su mísero conventillo. Cristo acurrucado bajo los puentes, encarnado en niños que no tienen a quién llamar padre, que carecen por muchos años del beso de una madre. Cristo no tiene Hogar. ¿No queremos dárselo nosotros?".
Marta Holley, una de las mujeres que lo escuchaba, quien sería una de sus colaboradoras principales, recordó que "estaba transfigurado" .
Al final del retiro, ese 19 de octubre, había recibido la donación de una propiedad y una suma de dinero para iniciar "un Hogar para los pobres". Luego, en un sobre anónimo, le llegó una valiosa alhaja; así nació el Hogar de Cristo.
Días después, en una columna en El Mercurio, ahondó en la necesidad "de un Hogar para los que no tienen techo". Era un enorme contingente de migrantes: campesinos que llegaban en masa a la capital desde el campo, buscando una oportunidad y vivían hacinados en cités miserables. Entonces escribió: "Informes minuciosos aseguran que faltan 400 mil casas para que se pueda decir que la población de Chile tiene Hogar".
Hoy, existen casi 81.643 familias habitando 969 campamentos, y se requieren unas 650 mil casas, según el catastro hecho por Techo-Chile, que la semana pasada lanzó Déficit Cero. Además, unas 20 mil personas sobreviven en las calles.
Son chilenos que antes vivían hacinados o de allegados y sufrieron un quiebre económico o emocional; son madres jefas de hogar con precarios empleos de subsistencia a las que el COVID-19 ha golpeado más que a nadie; son migrantes, que en medio de la crisis social generada por la pandemia, no pudieron seguir pagando arriendos usureros por habitaciones deplorables.
Ahora y con ocasión de nuestro cumpleaños, decimos en nuestra campaña: "Difícil es lograr un país digno y justo; fácil es con el compromiso de todos".
Juan Cristóbal Romero Director ejecutivo Hogar de Cristo
Tucapel Jiménez Alfaro
El 25 de febrero de 1982 fue asesinado don Tucapel Jiménez, quien fue presidente de la Anef durante 17 años.
La noticia causó impacto e indignación. En una misa por don Tucapel Jiménez, realizada en la Catedral de Santiago, el obispo Jorge Hourton, dijo en parte de su extensa homilía "Si hay en el Chile de hoy, comandos vengadores o escuadrones de la muerte, para acallar voces, eliminar obstáculos y amedrentar personas de relevancia social, es el signo que, la pretendida tranquilidad y orden público son todavía anhelos inalcanzados y vergonzosamente conculcados por el odio, la prepotencia y la violencia como armas disuasivas de venganza. ¿Por qué oscuros móviles, una tenebrosa mano criminal había de ensañarse contra un hombre así, degollándolo despiadadamente?. A través de esta víctima ¡nos duele Chile! ¿Habrá de continuar el espiral de la violencia que ya ha segado tantas vidas inocentes?"
En octubre se cumplieron 30 años de las primeras diligencias legales para aclarar los hechos y la muerte del carpintero Juan Alegría, a quien también asesinaron y luego culparon falsamente del asesinato de Jiménez.
Derico Cofré Catril derico.cofre@hotmail.com
El otoño de la vida
El gran Cicerón político y filósofo romano del año 44AC ya hablaba de manera muy elocuente sobre el Arte de envejecer.
Tal vez podemos decir que es sabiduría atemporal, sin embargo, podemos rescatar varias ideas que me parecen interesantes de abordar en un mundo obsesionado por la búsqueda totalmente inútil de la eterna juventud: las personas mayores son fuente de sabiduría y experiencia por eso es muy favorable realizar encuentros intergeneracionales para entender la vida desde una visión distinta y con mucho conocimiento; la vejez no implica una vida sedentaria, todo lo contrario, mientras más activa sea la vida mayores beneficios trae para la salud del cuerpo, mente, espíritu.
La vida en sí misma es una sucesión de etapas y la vejez no tiene razón de ser una época de pasividad si encontramos los recursos internos necesarios para seguir viviendo esta experiencia terrenal.
Como Fundación Liderazgo Chile creemos que es posible realizar estos cambios de paradigmas y somos conscientes de que la educación emocional en cualquier punto del trayecto de vida es vital, es parte de los derechos que garanticen un buen envejecer para todas las personas y que deben ser instaurados como temas prioritarios en una Nueva Constitución.
Mariana Durán Fontecilla Voluntaria Liderazgo Chile