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Presidente de la CMF: "La clase media tiene dificultades en el pago"

RADIOGRAFÍA. Aunque el indicador es preocupante, en 2021 el nivel de deuda de los chilenos cayó 13,6% gracias a los retiros del 10% y las ayudas fiscales.
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Agencias/Redacción

El presidente de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Joaquín Cortez, junto a la directora de Estudios, Estadísticas y Datos, Nancy Silva, presentaron ayer el Informe de Endeudamiento 2021, octava versión del estudio que tuvo por objeto generar una radiografía del endeudamiento de las personas naturales en Chile y que tiene una cobertura estimada equivalente al 84% de las obligaciones de los hogares en nuestro país.

De esta manera, el informe determinó que a junio de 2021 el nivel de deuda representativa de los deudores bancarios, correspondiente a la mediana de la distribución, alcanzó los $1,9 millones, mientras los indicadores de carga financiera y apalancamiento fueron de 15,3% y 2,96 veces el ingreso, respectivamente.

Comparado con igual periodo del año anterior, se observa una disminución de la deuda representativa y una corrección a la baja en los indicadores de carga financiera y apalancamiento.

Estos resultados se explican principalmente por las políticas implementadas para enfrentar los efectos de la pandemia (transferencias y retiros) y a las bajas en las tasas de interés observadas durante los primeros meses del año pasado.

Clase media

De acuerdo al informe, el segmento entre 40 y 45 años exhibió el mayor nivel de deuda con $5,5 millones, mostrando una alta correlación con decisiones de compra de vivienda.

Adicionalmente, la deuda crece con el ingreso de la población evaluada. Así, los deudores con rentas sobre $1,2 millones acumulan 69,3% de la deuda, mientras su participación sobre el total de deudores es de 24,6%.

"La clase media tiene dificultades en el pago y muestra la mayor presión en términos de carga financiera. Entre los deudores que destinan más de 50% de sus ingresos mensuales, el grueso está concentrado en personas con más de $1,7 millones mensuales de ingresos", dijo Nancy Silva al Diario Financiero.

En cuanto a la distribución geográfica, las zonas norte y sur del país exhiben indicadores de endeudamiento superiores a los de la zona central.

Por género, la deuda de las mujeres ($1,3 millones) es cercana a la mitad de la de los hombres ($2,9 millones).

A junio de 2021, el 15,5% de los deudores exhibía una alta carga financiera, correspondiente a aquellos que mantienen una carga financiera superior al 50% de su ingreso mensual.

Prevén alza de 100 puntos en la tasa

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Según la Encuesta de Expectativas Económicas de enero publicada ayer por el Banco Central, se espera que el Consejo del instituto emisor suba la tasa en otros 100 puntos base en su reunión de finales de este mes. Con esto, la TPM llegaría a 5%. A su vez, los operadores testeados prevén que la tasa rectora escalará otros 50 puntos en marzo y finalice 2022 en 6%. Sobre la inflación, los analistas proyectan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) seguirá con alzas importantes en el corto plazo, con variación de 0,6% en enero, por encima de los pronósticos de la encuesta anterior, y de 0,5% en febrero.

Por las mujeres que no marchan

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Son las mujeres que cuidan, que viven en el espacio privado de sus hogares donde no se las ve, están a cargo de las labores domésticas no remuneradas. Son esas mujeres que no han podido terminar su educación escolar, son aquellas que viven en lugares aislados, desde Visvri a Puerto Williams, las que viven en la ruralidad o sin conectividad. Son las jefas de hogar que deben trabajar sin descanso porque saben que sostienen a sus familias.

Son aquellas que reconocen sus talentos, pese a que muchas no han podido desplegarlos, viven, algunas sobreviven, pero nunca se quejan. Muchas sufren violencia de género sin saber cómo salir de ella y viven con temor, son esas mujeres que han sido abusadas y aún les duele, como si fuera ese día.

Son aquellas que pertenecen a pueblos originarios, sus hijos, hijas y nietos aprenderán su lengua, sus costumbres ancestrales, saben que su transmisión está en sus manos. Son las mujeres migrantes, que llegan a Chile con la esperanza de un mundo mejor, pero les cuesta adaptarse, extrañan su patria.

Son las mujeres feriantes, que se levantan mucho antes de que amanezca para armar sus puestos, llevan a sus niños y niñas, que corretean entre verduras, pero aman lo que hacen. Son las mujeres de la pesca artesanal, charqueadoras, rederas, ahumadoras, cuyos oficios no son reconocidos en la ley, que ganan un ingreso sólo si la pesca es "buena" pero que están ahí, detrás del hombre pescador.

Son las mujeres privadas de libertad que anhelan volver a ver a sus familias pero cuando salen, no las encuentran, porque no las han esperado. Son las mujeres que se levantaron y organizaron ollas comunes, solidarias, que mueven montañas para conseguir alimentos para lograrlo. Son las mujeres que viven en campamentos, dirigentas innatas o aprendidas, aguerridas.

Son esas mujeres que se apoyan unas a otras, se escuchan, con respeto y emoción, se atreven a contar, se sienten iguales, se juntan porque así tienen más fuerzas. Lloran sus historias, las escriben, siempre sonríen, se sostienen en lo positivo de sus vidas.

Prodemu las invita a avanzar en su libertad, a desplegarse, a identificar sus derechos y cómo ejercerlos, les muestra un camino para desarrollar su empoderamiento, para que reconozcan el impacto que producen solo por ser ellas mismas. Prodemu las conoce bien, llega a ellas, les ofrece capacitación con enfoque de género y acompañamiento.

La realidad de las mujeres que se acercan a PRODEMU, es la realidad de la mayoría de ellas, son las mujeres de Chile, son las mujeres que no marchan, no porque no quieran sino porque aún no pueden.