Veredas angostas y otras...
Junto al Casino de Valdivia, que es un lugar turístico, pusieron un cierre hace varias semanas y dejaron unas veredas demasiado angostas, donde apenas cabe una persona.
Me pregunto ¿cómo puede ser posible que autoricen esto. O yo estoy mal de la cabeza... porque veo que cada día se cometen más errores?
Pienso en las plazas frente al mismo Casino, donde aun no vuelven a trabajar; en el cierre de una calle en la plaza para carritos con sándwiches. Y deciden trabajar en el Puente Cau Cau en pleno verano, cuando han tenido tanto tiempo...
Y otra anunciaron por el diario que empezarían a trabajar en el puente Cau Cau, en pleno verano, como si tuviéramos varias otras alternativas de otros puentes....
Y referente al MAC, le siguen metiendo plata y aun no piensan en terminar la obra. ¿Por qué no le hicieron un arreglo? sin tanta inversión y ya estaría funcionando para el público .
Y la casa Anwandter, museo van de Maele, cada día más dejada de la mano de Dios, le llora pintura y una mano de gato, como se dice.
La ciclovía en Quitacalzon, buenísima, debe haber costado una fortuna y llega hasta por ahí no más
Y por último, el Paseo Libertad, tampoco lo terminan, con toda la incomodidad que significa pasar por ahí.
Me da la idea que antes todo era mas llevadero para los valdivianos mismos y los visitantes.Perdón por decir tantas cosas que no están funcionando como deberían; pero es lo que vemos todos a diario.
Marisa Holzapfel Ossa marisaholzapfel@gmail.com
Porfiados "Per se"
Hace poco, un profano testarudo me decía: "a porfiado; porfiado y medio". Y para respaldar el dicho, hay otro, casi lapidario, pero de buena tinta: "Quien adoctrina al porfiado, pierde el tiempo de su agrado". Todo esto, porque frente al incontenible avance del coronavirus o sus variantes , muchas personas siguen la vida como si nada pasara. Vemos en la TV, las emisoras y los diarios, que las playas, eventos deportivos y de fin de año, grupos juveniles, las calles, todo repleto. Muchas y muchos sin la bendita mascarilla. Si caminamos por nuestra ciudad, pareciera todo normal. Mucha gente descuidada con la mascarilla o con ella en el mentón, en la frente o como adorno. No se respetan las distancias, los protocolos, los aforos y mucho relajo.
En algunos vehículos de la locomoción colectiva, se cree que los contagios ya no existen: se acabó el alcohol gel y las medidas sanitarias e higiénicas. Debemos cuidarnos, porque ya se avisora un invitado de piedra, un bicho elegante , que lleva el nombre de la décima quinta letra del alfabeto griego: el temible Omicrom, que ha dejado de manifiesto su alta eficiencia infectante y es el culpable del 30% de los nuevos contagiados.
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com
Un nuevo desafío
Con la llegada de un nuevo año, Chile entra en una nueva etapa y necesita el esfuerzo de todos. Que la clase política piense que el país quiere paz, armonía y seguridad; que las mezquindades personales desaparezcan de una vez por todas. Hay un país entero que espera, tal como demostró el gesto de muchos compatriotas que colocaron su locomoción propia para ayudar a otros a cumplir con el sagrado compromiso a votar y jamás preguntaron qué ideas profesaban. Ese sencillo gesto demuestra que sí podemos unirnos. Aquí todos nos necesitamos, nadie sobra y los señores políticos que entiendan de una vez que sus intereses personales están muy lejos de lo que Chile añora y sueña. El estallido social nos enseñó que debemos ser cuidadosos en el actuar de la justicia y del derecho, sin establecer diferencias entre buenos y malos, porque eso no existe. Es de esperar que este año que comienza, entendamos que somos hermanos.
Arturo Goddard Bravo Profesor Normalista normalista1949@hotmail.com
Idiomas y economía
Hay un asunto que es crucial en la economía actual de las naciones, y que va más allá de cualquier política económica o fiscal que un país quieran impulsar: incentivar que la población genere el gusto por aprender un nuevo idioma. Esto permite tener ciudadanos más cosmopolitas y abiertos a los cambios, además de atraer más visitas turísticas y mejorar en relaciones comerciales, generando más oportunidades para todos.
En un año que los expertos proyectan como el del "fin de la pandemia", dominar una lengua se anota como decisivo para la reactivación y un valor agregado de proporciones más que relevantes para el comercio.
El inglés es la lengua materna de 340 millones de personas. A este dato debemos agregar que casi la misma cantidad habla inglés como segunda lengua. Sin embargo, en el plano local solo uno de cada 10 chilenos puede mantener una conversación fluida en ese idioma. Cabe recordar que Chile registró recientemente la peor caída de su historia en el dominio del inglés en el ranking EPI. No podemos seguir quedando atrás.
Pablo Parera EF Education First Chile