Educación sin discriminación
Hoy los niños y niñas de Chile no reciben el mismo trato por parte del Estado en uno de los aspectos más relevantes para su desarrollo: la educación. Lamentablemente, la asignación de recursos y herramientas no es igualitaria y depende del tipo de colegio que elija cada familia.
Así, según cifras de Acción Educar, un niño que asiste a fundaciones educacionales privadas sin fines de lucro recibe en promedio anual $350.000 menos que uno que estudia en un establecimiento municipal o estatal. Pero eso no es todo, ya que en tiempos en que Chile atraviesa una profunda crisis sanitaria provocada por la pandemia, se mantiene el trato desigual en el acceso a herramientas fundamentales para el estudio online. Esto se evidencia con el programa "Becas TICs" de Junaeb, el cual entrega computadores a los estudiantes de 7º básico, pero con criterios distintos según si asiste a un establecimiento municipal o un particular subvencionado.
En el primero, se entrega al 100% de los estudiantes, sin importar su nivel de vulnerabilidad o rendimiento académico. En cambio, en los particulares subvencionados si se exigen requisitos de vulnerabilidad (pertenecer al 40% de menores recursos) y académicos (promedio igual o superior a 6,0) para obtener un PC. A nivel regional, para el 2022 hay poco más de 4.000 preseleccionados, de los cuales casi 3.000 son para estudiantes de liceos o escuelas municipales. Ante esta injusta realidad, como ciudadanos, familias y apoderados nos hemos organizado para garantizar constitucionalmente la igualdad de trato para todos los escolares de Chile, donde el financiamiento no tenga que ver con el tipo de establecimiento que escoja la familia.
Necesitamos un trato igualitario, donde prime la elección y el derecho preferente de las familias por sobre la arbitrariedad del Estado para decidir dónde y cómo educar a sus hijos sin ser injustamente discriminados.
Tomás Mandiola L. Dir.Reg. Fundación Pacto Social y ex seremi de Educación Los Ríos tmandiolal@gmail.com
Envejecimiento
Actualmente, nuestro país vive un momento de suma relevancia en torno al envejecimiento de la población y la creación de acciones en torno a las personas mayores. Bajo este contexto, la salud es fundamental para nuestra experiencia en la vejez. Sin embargo, mientras vivimos más tiempo, hay poca evidencia que sugiera que estos años adicionales se disfruten en buena forma.
Es por esto que han surgido distintos conceptos que engloban las acciones que persiguen mejorar la esperanza y calidad de vida de las personas de edades más avanzadas. Los términos más conocidos son: envejecimiento saludable, buen envejecer, envejecer con éxito, envejecimiento positivo y envejecimiento activo.
Este último, fue adoptado por la Organización Mundial de la Salud con la finalidad de transmitir un mensaje más completo que los otros o que la mera atención sanitaria. Es decir, el envejecimiento activo no solo se limita a mantener la actividad física o económica de la persona mayor, sino que también hablamos de una participación social, cultural, espiritual y cívica.
El uso de este término tiene relación con las capacidades que tienen las personas mayores para utilizar las oportunidades que la sociedad les ofrece. Bajo esta mirada, es fundamental cuestionarse entonces ¿Cuáles son las oportunidades que la sociedad ofrece a las personas de edad avanzada? En el camino hacia esa respuesta, como sociedad debemos entender y valorar el vínculo existente entre las personas y los contextos que ellas mismas forman.
En este sentido, es necesario generar procesos de reflexión para la adecuada aplicación del término "envejecimiento activo", sin olvidar que la persona mayor logra confianza en sí misma gracias al respeto recibido por lo demás, control de su propia vida, conexiones con otras personas y contribución a otros individuos, con lo que se sienten un aporte a la sociedad.
Romina Ansaldi Dir Fonoaudiología ULA
Redundancia
La redundancia en el lenguaje se usa para enfatizar una idea que queremos destacar, como cuando se dice tener "buen" éxito, lo que no es recomendable, pero que es de uso común, ya que basta con decir "tener éxito".
Otros ejemplos: ¡Lo vi con mis propios ojos! ¡Te vuelvo a repetir: vomitó sangre por la boca! ¡Cómete la comida! ¡Agrúpense en grupos!
Decimos: ¡el sol está brillante!; en realidad siempre es brillante, aunque ocasionalmente pueda estar tapado por nubes.
También hay redundancia "normal" en expresiones tales como: un regalo gratis, pues existen "regalos" que no son gratis como la siguiente "invitación" que leí en un diario: "Compre este regalo a sólo $59.990". Los hablantes tenemos la capacidad de usar frases y oraciones automáticamente, por ejemplo, "necesito un cuchillo para cortar, un sombrero para la cabeza, un reloj para ver la hora".
No obstante ser predecibles, su uso es habitual, no hay que asustarse; todos los hablantes usamos la redundancia: es de uso diario.
Mauricio Pilleux Dresdner mpilleuxpd@gmail.com