Una fructífera carrera deportiva
Constanza Olivares asegura que perdió la cuenta de los campeonatos que ha ganado. Su pieza está llena de medallas, trofeos y galvanos que recuerdan cada logro.
Entre los más destacados se encuentran el 1° lugar nacional Escuelas de Vela 2017 Clase Optimist; 1° lugar Clasificación Sur Sudamericano 2019, Ranking Flota de Plata (segundos 30 mejores clasificados); Semana Internacional de Buenos Aires 2019, Flota de Oro (30 mejores clasificados) y Top 10 Mujeres del certamen; 1° lugar Clasificación Sur 2019, vicecampeona damas Nacional Optimist 2019, que le permite ser seleccionada nacional.
También compitió en el Campeonato Internacional Mar del Plata 2020 Ranking Flota de Plata; 5° lugar en el ranking nacional, que la llevó a clasificar para el Mundial de Italia 2020, para el Norteamericano de Cancún 2020 y el Sudamericano de Argentina 2020, regatas suspendidas por la pandemia.
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¿Cuáles fueron las diferencias entre las aguas de Omán y Rapel?
-En Omán había un viento medio y una doble ola diferente, la de viento y la que va hacia tierra, allá el agua era calentita, daba gusto tirarse. La de acá en Rapel era helada y con un viento muy fuerte, que requiere mucha fuerza, estrategia y gran concentración para controlar el bote. En Omán había entre seis y once nudos, unos veinte kilómetros por hora, y en Rapel eran como 25 nudos, 50 kilómetros por hora y al ir colgada me voy mojando, es más rico si hay calor pues me refresca; cuando hay frío es más complicado. Todo requiere una vestimenta adecuada porque mucho calor agota y con mucho frío, pierdo temperatura.
¿Cómo fue la experiencia en la competición de Omán? ¿Pensaste que llegarías hasta allá?
-No me imaginé el logro en Omán, porque viajé sola. Éramos nueve deportistas y el Team Líder como encargados. 42 horas de viaje desde Chile, mis papás no podían seguir las regatas con imagen en vivo; allá hablaban árabe y no entendía nada; los navegantes hablaban inglés; se escuchaba portugués, español, las comidas igual eran distintas, algunas con mucho aliño. Yo diría que la clave del éxito es la disciplina. Me acostaba y levantaba temprano, mentalizada en la competencia, siempre muy disciplinada. Las partidas de las regatas, para mí son claves. En las regatas que mejor partí fue en las que me fue mejor, en las que partí mal, me fue más o menos o mal.
¿Cuáles son tus próximos desafíos deportivos?
-Estoy trabajando muy duro para tres torneos: el clasificatorio de Sunfish del 5 al 7 de febrero en Futrillar, para los XIX Juegos Bolivarianos Valledupar 2022 que se realizarán en Colombia; el Sudamericano en Uruguay y el Sudamericano Optimist en Brasil.
¿Recibes algún apoyo estatal para tu desarrollo deportivo?
-Todo es un esfuerzo familiar. Mis papás corren con todos los gastos, desde las inscripciones a los campeonatos, hasta los alojamientos, pasajes, indumentaria y entrenamientos. El lunes me llegó un bote que compramos con mi familia, fue una inversión de millones. La Federación de vela me apoya mínimamente con recursos para los viajes, que son carísimos.
¿Cómo ves ese poco apoyo?
-Me gustaría que hubiese más apoyo, no solo por mí, sino que también por otros deportistas que actualmente no pueden desarrollarse en distintas disciplinas.
Soy la representante valdiviana y nacional y no se sabe mucho.
¿Cómo son los entrenamientos en Valdivia, considerando las condiciones climáticas?
-Los entrenamientos en el sur de Chile y en Valdivia son muy sacrificados. Aquí es súper sacrificado navegar, porque no hay viento y, cuando hay, se levanta muy fuerte. Cuando hay viento, hay frío o llueve y cuando hay temporal, hay que meterse al agua porque es la única forma de entrenar. Mis papás muchas veces me sacaron de clases, por las ventanas que había para entrenar.
¿Cómo complementas la vida escolar con el deporte, ya que entrenas cuatro horas diarias?
-Ha sido un esfuerzo constante, pero aquí le tengo que dar las gracias a la dirección y a la UTP del colegio, que siempre me han dado todas las facilidades académicas para rendir las pruebas online y a mis compañeros de curso, que me hacen llegar los apuntes de clases. Me hacen sentir como que estoy en el colegio; vibran con mis triunfos y se alegran conmigo y mi familia. Es muy importante para mí las facilidades que me dan para estudiar y rendir las pruebas online, porque compatibilizo ambas responsabilidades e intento siempre dar lo mejor de mí en lo deportivo y lo académico.
¿Cuáles son tus sueños deportivos?
-Quiero correr los Panamericanos de Santiago 2023 y algunos Juegos Olímpicos, cuando sea el tiempo de poder hacerlo.
¿Estás ansiosa por entrenar con el nuevo bote?
-Sí. Le pusimos nombre: "La hija del Grúfalo" y se llama así porque el que mi papá usa le pusimos "Grúfalo", por un cuento contemporáneo infantil, donde Grúfalo tiene una hija y realza la moraleja 'más vale maña que fuerza', destacando la fuerza y la valentía.
Y a nivel personal, académico, ¿cómo te proyectas cuando termines tu educación media?
-Primero salir del colegio y después irme a estudiar a Estados Unidos, porque allá la vela es una potencia y creo que voy a aprender mucho más, aparte que los recursos son mucho más que acá en Chile, así que me gustaría proyectarme.
¿Qué le dirías a aquellas personas que han estado permanentemente apoyándote?
-Dar las gracias. Tengo varias personas a quienes darle las gracias, partiendo por mi colegio Inmaculada Concepción; a mis papás; a mi familia; a la Universidad Austral, porque me facilitó el bote para correr el clasificatorio de Rapel; a mis amigos; al Club de Yates y a mis entrenadores, a mi psicólogo deportivo Mario Pidal y a mi meteorólogo René Avendaño, además de la Federación de Vela.