Legitimidad democrática
En septiembre de 1980 la ciudadanía aprobó el texto de la que sería denominada Constitución de Pinochet. ¿Ese enorme caudal de votos, casi dos tercios, le daba a la señalada Carta el carácter de democrática?. Dadas las condiciones en que se verificó ese proceso y el contenido de sus normas, la respuesta es evidente y hoy, además, indiscutida. La respuesta es No. Así lo expreso con claridad y en forma oportuna la Iglesia Católica chilena, encabezada por el Cardenal Raúl Silva Henríquez. No bastaba con el respaldo mayoritario.
En octubre de 2020, casi cuatro quintos de la ciudadanía aprobó iniciar un proceso para elaborar un proyecto de nueva Constitución. Sólo votó la mitad de los ciudadanos, pero el resultado fue inapelable.
Sin embargo, cuando llegó la hora de elegir a los miembros de la Convención, el Gobierno y el Congreso, al legislar, ignoraron las normas constitucionales derivadas del "Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución", de Noviembre de 2019, los que se tradujeron en la reforma constitucional de diciembre del mismo año, Ley n° 21.200 y, además, pasaron por encima de un principio básico del Estado de Derecho, el de Igualdad ante la Ley (artículo 19 n° 2 de la Constitución Política de la República o CPR) y, de una regla fundamental de todo proceso electoral, esto es, el carácter igualitario del sufragio (artículo 15 de la CPR).
Me estoy refiriendo a las reformas legales que posibilitaron la existencia de escaños reservados para las etnias denominadas "originarias", como a aquellas relativas a la paridad de género, lo que redundó, en este segundo caso, en la alteración de los resultados (convencionistas electos).
De esta forma, ya antes de la elección de los convencionistas, se produjeron anomalías que vician todo el proceso. Lo anterior es sin perjuicio de las reformas ad hoc a la legislación electoral, reformas que permitieron a los autodenominados "independientes" sacar injustas ventajas respecto de los partidos políticos organizados. Dado lo anterior, me parece que la legitimidad democrática de la Convención es cuestionable.
Con todo, el pleno de la señalada Asamblea ya ha aprobado normas que no sólo desconocen el carácter republicano y democrático del régimen político chileno sino que, además, violan el principio de Igualdad ante la Ley.
Los dos tercios no permiten restablecer la esclavitud y tampoco cambios como los que ya ha aprobado la Convención. Sobre esto seguiremos hablando en las próximas entregas. Continuará…
Jorge Eduardo Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com
Un amor concreto
El hombre que ha creído al anuncio a aquello que Dios ha hecho en Jesús, espontáneamente se pregunta: "Ahora, ¿Qué cosa tengo que hacer?". La respuesta es esta: tiene que existir correspondencia entre lo que Dios ha hecho y entre lo que el hombre debe hacer. Jesús es la expresión histórica y concreta de un acto de amor totalmente gratuito y universal con el cual Dios se dona a la humanidad y en el cual revela aquello que es.
Es por esto que el cristiano debe amar con un amor gratuito y universal, porque Dios en Cristo nos ha amado así.
La misma capacidad de amar nos ha sido dada del hecho que primero fuimos objetos del amor. Es claro que el principio de la vida moral del cristiano es el amor gratuito y universal, que no puede ser comprendido desde fuera del Evangelio.
Lucas, en el Evangelio de este domingo (Lc 6, 27-38), no enuncia principios en forma abstracta. Lo hace en forma concreta, recogiendo una serie de dichos de Jesús.
Los que celebramos la eucaristía somos los que hemos nacido del amor entregado y derramado por Jesús en el acontecimiento de la cruz. Los que celebramos la eucaristía somos los discípulos del que proclamó en la cruz: "Perdónalos porque no saben lo que hacen". Desde esta perspectiva amar al enemigo es consecuencia evangélica.
Carlos Marcelo Martinez Velásquez Sacerdote diogneto.martinez@gmail.com
Revisando la historia
Siguiendo las noticias en este medio, relacionadas con el conflicto de rusos y ucranianos, leemos preocupados: "E.E.U.U.cree que Rusia en cualquier momento puede invadir Ucrania" ,"Otan refuerza bases militares y Biden tendrá nuevo día con Putin". Casi los mismos anuncios y declaraciones que nos recuerdan patéticamente los aciagos momento previos a la Segunda Guerra Mundial.
En la antesala de la Segunda Guerra Mundial, Neill Chamberlain,Primer Ministro del Reino Unido, trabajó ardua y profesionalmente para apaciguar los ánimos de conquistas territoriales del Tercer Reich. Finalmente, después de intensas reuniones, negociaciones, telefonazos y protocolos, también bajo presiones y amenazas, Italia, Reino Unido, Francia y Alemania, firmaron, ingenuamente, en 1938, un acuerdo que cedían un extenso territorio, que pertenecía legítimamente, en ese momento a Checoeslovaquia. Después del "manotazo" diplomático, de igual manera se desató la hecatombe. Un escritor diría: "Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia".
Luis Sepúlveda doncoyosepulveda@gmail.com