Prevención de los incendios forestales
Tristes noticias hay en la región y zonas cercanas respecto de emergencias causadas por fuego en bosques y plantaciones. Se trata de tragedias que dañan los bosques, destruyen el hábitat de flora y fauna, además de generar pérdidas para las familias de los sectores rurales.
Casi 500 hectáreas de plantaciones, arbolado nativo y pastizales han consumido los 95 incendios forestales que suma Los Ríos durante la presente temporada 2021-2022. Las cifras son de menos eventos, pero más destrucción, que en el año anterior, por lo cual resultan altamente preocupantes.
El trabajo coordinado de las brigadas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), de los voluntarios de Bomberos y de las unidades operativas de las empresas, ha permitido que las llamas no se multipliquen. Sin embargo, pese al esfuerzo desplegado, en la última semana ha sido necesario declarar alertas rojas en tres comunas -Paillaco, La Unión y Lanco- por la cercanía del fuego con viviendas y servicios como los APR comunitarios (Agua Potable Rural).
Hasta anoche se había avanzado en el control de los tres focos que se encontraban activos (la lluvia también contribuye, por supuesto), pero la inquietud de las personas y las autoridades se mantiene, pues las reactivaciones son frecuentes y muy peligrosas. Más si se considera que casi todos los siniestros son provocados por personas intencionalmente o por descuidos que cuestan muy caro.
Al respecto es necesario señalar que los vecinos de Las Lomas manifestaron su inquietud porque la emergencia que se desató en esa zona de Paillaco podría tener origen en una falla eléctrica en el tendido del sector. Aseguran que pasaron dos días sin energía y que el incendio se activó en el mismo lugar y a la hora en que el suministro fue repuesto. Es decir, un problema técnico que habría detonado todo.
No hay claridad al respecto y esa versión se debe investigar. Pero, independientemente de las responsabilidades en las causas, es necesario poner énfasis en el apoyo para enfrentar las consecuencias de los hechos y en reforzar la prevención. Por ejemplo, revisar los cortafuegos y la limpieza de elementos inflamables en los entornos de las viviendas; además de reiterar la prohibición de efectuar quemas y la necesidad de denunciar con rapidez toda situación riesgosa. Una fogata mal apagada, una colilla de cigarrillo encendida en el suelo, una chispa de un aparato mecánico, pueden generar una tragedia. Porque eso son estos hechos: daño irreparable a bosques; destrucción del hábitat, pérdidas para las familias rurales .