La buena noticia de los Santuarios
La protección de Angachilla ya es oficial y llega 40 años después del reconocimiento que resguarda al humedal del Río Cruces. Valdivia Ciudad Humedal contará con tres sectores protegidos por ley y reconocidos por el Estado en el mismo rango que un monumento. Esas son buenas noticias.
Este viernes fue publicado en el Diario Oficial que el Humedal de Angachilla es Santuario de la Naturaleza. Esto quiere decir que sus casi dos mil hectáreas de extensión tienen protección estatal y reconocimiento legal equivalente al de un monumento que se debe cuidar.
La declaratoria es una alegría para toda la región -y así lo destacó el seremi de Medio Ambiente Daniel del Campo en el hito que se realizó por el hecho- pero especialmente es un logro para la comunidad de vecinos y vecinas que han luchado por preservar el lugar desde fines del siglo pasado y que lleva treinta años generando conciencia sobre él.
A la satisfacción se suma otro avance. Ahora el Comité Ecológico Angachilla cuenta con un nuevo argumento para solicitar cambio de planes respecto del puente que está planificado para construir en esa zona y completar la Avenida Circunvalación, al cual se oponen públicamente desde sus primeros anuncios.
Ayer expresaron que "sería incoherente" que un ente estatal persevere en algo que afecta a un área que otro ente estatal resguarda. Y reiteraron su llamado a cambiar el trazado. Desde Serviu -responsable por el puente- no ha habido un pronunciamiento oficial al respecto.
Todos estos cambios son parte del Plan Nacional de Humedales impulsado desde el gobierno, a través del cual se sumará en total 6.000 hectáreas de superficie protegida, generando cuatro nuevos Santuarios de la Naturaleza en los últimos cuatro años en la región.
Esas son buenas noticias, más considerando que llegan cuando se cumplen 40 años de la creación del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter y Chorocamayo, que fue también el primero en Chile en ser reconocido como sitio Ramsar.
Destacar la declaratoria de Angachilla es importante; pero no basta. Ahora se requiere que la ciudadanía en general se haga parte del cuidado y dimensione el inmenso tesoro que implica para una ciudad tener ecosistemas que depuran agua, regulan clima y albergan especies endémicas de flora y fauna. Es preciso educar más sobre la importancia de valorar estos sistemas acuáticos únicos que definen a Valdivia y marcan su historia desde siempre.